El escritor aragonés Javier Tomeo, una rara avis del panorama literario con una mirada fantástica y surrealista poblada de monstruos, estuvo escribiendo hasta pocos días antes de morir, el pasado junio. Dejó varios libros y, entre ellos, el volumen "Literatura de precisión. Mini y microrrelatos".

Un libro inédito con 125 micorrelatos, que saldrá a la calle en 2014, publicado por Páginas de Espuma, y que Javier Tomeo (Quicena, Huesca, 1932) corrigió y dio su última versión días antes de caer enfermo, como relata a Efe Juan Casamayor, director de la editorial.

Así, a caballo entre la prosa poética y el cuento breve, pero muy intenso, Tomeo se arranca en este género buscando la precisión y con las claves y los temas que han hecho singular y único al escritor.

"El libro de microrrelatos de Javier me llegó a finales de 2012. Él me había dicho desde hace tiempo que estaba escribiendo microrrelatos. Últimamente había leído algún libro nuestro del género, como 'Casa de Muñecas', de la aragonesa como él Patricia Esteban Erlés, que le había gustado mucho", explica.

"No es coyuntural ni anecdótico -continúa- que Tomeo deje entre su obra inédita un valioso conjunto de microrrelatos, dado que es un autor que siempre ha trabajado con esa extensión y con este cuarto género desde que le sacara el mayor rendimiento con 'Historias mínimas'".

"Libros como Bestiario o Zoofilias y zoopatías están en la línea creativa de contar más con menos, y en esa jibarización, Tomeo era un maestro", subraya Casamayor.

Con edición de Daniel Gascón, que ya hizo esta misma labor en el magnífico volumen de sus "Cuentos Completos", en "Literatura de precisión..." Tomeo denuncia la soledad en una sociedad aparentemente hipercomunicada, con la presencia de personajes solitarios, asilados, niños y ogros y con la utilización de su mundo animal, ese bestiario con el que el aragonés caricaturiza al mundo.

"Dios puso a los animales en el mundo para humanizar a los hombres" -decía- o "las bestias son Dios o la bestialidad es humana".

Así tigres, gallinas, lechuzas, caballos con las alas, cerdos, lobos, caracoles... vuelven a tomar la palabra para atizar con una mirada surrealista, cargada de poesía y humor, en muchos casos negro, además de mucha sabiduría, a la parte más oscura del ser humano.

"El poeta sube a la azotea, despliega los brazos como si fuesen alas, se lanza al vacío y se va volando hacia las estrellas. Otros intentan luego hacer los mismo y perecen en el intento", escribe el autor de "Amado monstruo".

O "El hombre avanza, pero su sombra continúa en el mismo sitio, no se mueve y se queda atrás. Algo está pasando" y "Los jueces me declaran culpable y me conducen al patíbulo. Cae la cuchilla de la guillotina y pierdo la cabeza. Una vez cumplido ese trámite le doy las gracias al verdugo y regreso a casa".

Minirrelatos que se trufan con otros más largos en los que con una pincelada deformante, con una lupa de aumento, con sus seres imperfectos, pone el dedo en la yaga de una realidad que hace aguas.

"Parto de la realidad pero la transfiguro y la caricaturizo en el sentido en el sentido más noble", decía este hombre, que era grande y recio pero tierno como un niño, a la vez, cuyo imaginario artístico descansaba en tres pilares Buñuel, Kafka y Goya.

Novelista, cuentista, articulista, traducido a quince lenguas y todo un fenómeno en Alemania donde sus obras adaptadas para el teatro han sido representadas con enorme éxito, al igual que en otros teatros de Europa, Tomeo también dejó una novela inédita, "El amante bicolor", que publicará Anagrama a principios de 2014.