Longares celebra este fin de semana el 350 aniversario de su paloteo, una tradición que a lo largo de su historia ha contemplado diversas modificaciones, como la incorporación de mujeres o la creación de un uniforme para los danzantes.

El alcalde de esta localidad zaragozana, Miguel Jaime, señaló ayer que el paloteo «es la seña de identidad más viva que tenemos en Longares», siendo muy importantes para unos longarinos que la viven con «un sentimiento a flor de piel provocado por una mezcla de emoción y devoción».

La fiesta, declarada de Interés Turístico de Aragón desde 2005, constituye el acto principal de las fiestas patronales celebradas los ocho primeros días de septiembre en el municipio zaragozano.

El número de danzantes es uno de los factores más destacados de las fiestas ya que, como ha señalado Miguel Jaime, se trata del «dance de la provincia de Zaragoza con más participación y el segundo de Aragón, por detrás del dance de Calamocha». Para este año se espera que la cifra de participantes pase de los 200, lo que supondría alcanzar una cifra de récord.

Con motivo de este 350 aniversario, la Asociación Cultural El Rudero ha organizado para los ocho primeros días de septiembre una exposición con más de 70 fotografías antiguas del dance cedidas por los vecinos del municipio.

En ellas, según indicó su presidenta, Lola Mastral, «se puede apreciar la considerable evolución que ha tenido en las últimas décadas, en cuanto a indumentaria y en cuanto a la participación de las mujeres en el dance, que se produce desde el año 1972».

Por su parte, Covinca, la bodega que aglutina a la mayoría de agricultores de Longares, también se ha querido sumar a la conmemoración sacando a la venta 3.000 botellas de su vino Terrai OVT 2016 con el objetivo de que «los longarinos y los amantes del vino tengan un recuerdo de esta fecha tan señalada», según señaló su gerente, Jacinto Rodríguez.

el origen de la fiesta / Miguel Jaime quiso explicar también en la presentación de estos actos conmemorativos que el origen del Dance del paloteo data del año 1668, cuando llegaron a Longares las reliquias de los santos mártires Vicente y Gonzalo, adquiridas en Roma por Diego Escolano. Los vecinos salieron al camino a recibirlas, y en el traslado hacia la iglesia, unos cuantos vecinos se pusieron a danzar espontáneamente como señal de alegría por dicha llegada.

La representación se realiza desde entonces, aunque con el paso del tiempo ha sufrido algunas variaciones que han servido para fortalecer el arraigo entre los vecinos, que ya esperan con ansia la llegada de la fiesta.