Luis Longás CAPUCHINO Y ESCRITOR: "Los capuchinos están siempre con el pueblo"

DEDICACION DIRIGE ´EL MENSAJERO DE SAN ANTONIO´. ESTA TARDE (19.30 HORAS) PRESENTA ´LOS CONVENTOS CAPUCHINOS EN ARAGON´ EN LA SALA VENECIA (CALLE LASIERRA PURROY)

--Su libro Los conventos capuchinos de Aragón (1598-2004) da cuenta de 19 y ahora sólo quedan dos, los de Zaragoza.

--Desaparecieron todos con la desamortización de 1835. En 1902 volvimos a Híjar. Ahora sólo quedan dos y están en Zaragoza. He visitado todos los lugares y no es fácil, porque en Fraga te dicen que el convento estaba en un solar ya edificado. El mejor conservado es el de Cogullada, de 1650-52, que compró Ibercaja.

--¿Qué aporta a la historiografía aragonesa?

--Recojo las investigaciones de Lamberto de Zaragoza que empezó el Teatro Histórico de las iglesias de Aragón en cuatro volúmenes. Luego, Ramón de Huesca, que fue testigo de los siglos XVII y XVIII, continuó esa obra y agregó otros cinco tomos. Esa obra tiene una gran riqueza porque muchos de los documentos de los que se valieron han desaparecido. Las guerras fueron un desastre. En la de la Independencia perdimos el convento de Zaragoza donde se guardaba el archivo provincial y estaban los datos de muchas iglesias ahora desaparecidas. He visitado muchos centros parroquiales, notariales y demás, buscando noticias históricas. Y sobre todo, me he fundado mucho en esos libros

--¿Cómo estudia los conventos?

--De cada uno hago una reseña histórica: En qué época se fundó, actividades que desarrolló, los problemas que tuvo con las guerras y su desaparición como convento con la desamortización. También explico cómo se encuentra ahora. El de Epila se convirtió en asilo de ancianos, en Ateca queda la iglesia de San Francisco, igual que en Albalate. Los había en Tarazona, Calatayud, Ejea, Fraga, Teruel y en las demás poblaciones importantes del siglo XVI.

--Frente a Lutero, Trento marca una religiosidad muy exteriorizada, muy basada en las obras, los gestos, en los que se necesitaba mucho al clero ¿no fue eso?

--El siglo XVI fue en el campo católico un siglo de reformas en las órdenes religiosas. De los franciscanos salen los capuchinos, de los carmelitas, la orden de San Juan de la Cruz, los descalzos y los de la observancia; los agustinos tienen también su reforma. Trataban de seguir mejor la espiritualidad del fundador.

--Los franciscanos y el cabildo impidieron asentarse a los capuchinos en Cariñena y en Alcorisa. Temían quizá la competencia en atracción de fieles y de sus limosnas y donaciones

--Son cosas históricas reales. Los franciscanos ya tenían ocupada toda España, todo Aragón, desde el siglo XIII. Entonces, influyeron para que no entrasen otras reformas (Ríe). También influyeron los municipios, que temían admitir a otras órdenes mendicantes. Pero no por mala voluntad. En Barbastro, había franciscanos observantes y capuchinos. En Ejea, lo mismo. Era multiplicar mucho las cosas.

--¿Cuál era su función social?

Los capuchinos siempre fundaban extramuros, para vivir un poco mejor la observancia, la oración. Pero se comprometían mucho con el pueblo en todo, en la predicación popular, organizar el culto y cofradías y devociones y también en la asistencia. Cuando hubo una peste, el convento de San Juan bautista funcionó como un hospital. Los frailes atendían a los enfermos en epidemias como la de Albalate en el siglo XVII y es tremendo ver cómo morían contagiados.

--Los ilustrados del XVIII culpaban a los frailes de preservar la paz social en medio de grandes diferencias de rentas. Y de garantizar el modelo estamental, influyendo en las masas populares.

--Yo creo que en el compromiso político los capuchinos (por lo que se ve en Ejea, Alcañiz o Caspe), se ponen a favor del pueblo. Y un ejemplo es la Guerra de Sucesión: Si el pueblo está a favor de un partido, pues están con él. El convento es defendido o atacado. Y luego sufren juntos las consecuencias.