La historia de Litografía Portabella, escrita por Luis Serrano (Mallén, 1931) que en el año 2002 ganó el premio Benjamín Jarnés de biografías, memorias y viajes, fue presentada ayer en un libro que recoge además ilustraciones sobre la empresa familiar fundada por Eduardo Portabella en 1877, junto a trabajos, carteles e impresiones gráficas realizadas por ese taller hasta 1945, año en que se traspasó a otros propietarios.

El libro, editado por la Diputación de Zaragoza, recoge una época muy destacada en la evolución de las artes gráficas, unida al avance industrial en una Zaragoza que había cogido el tren regeneracionista. La amistad del artista Marcelino Unceta con Eduardo Portabella se refleja en numerosos carteles taurinos, de fiestas y exposiciones en los ámbitos local y nacional.

El autor del libro, Luis Serrano, además de reflejar una historia familiar llena de anécdotas acerca de la singular personalidad del litógrafo y la de su esposa e hija que, tras su muerte, se hicieron cargo, sucesivamente de la empresa, se ha encargado de buscar trabajos gráficos que se consideraban perdidos, lo que dota de gran valor añadido a su obra.

La diputada provincial delegada de Cultura, Cristina Palacín, destacó a su vez la actividad del propio Luis Serrano como "tipógrafo, dibujante, escritor y archivador de fotografías", señalando que su tarea de estudioso de los tipógrafos aragoneses "cubre un vacío historiográfico" con "una prosa amena, que nos sitúa muy bien en la época".

Luis Serrano agradeció a diversos coleccionistas haberle ayudado a recuperar impresos y carteles: "Se imprimieron millones de ejemplares y apenas se encuentran papeles impresos", dijo. Y se refirió a ejemplares "posiblemente únicos", hallados en el Rastro, en la Biblioteca Nacional o en archivos de periódicos de la época. Una de las piezas de las que no quedan ejemplares es la de 5.000 carteles que anunciaban la Expo Hispano Francesa en 1908. Serrano declaró la oportunidad de hallarlo con ocasión del próximo 2008. Y destacó algunos famosos como el de los Pilares de 1883, o el de 1892 para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América, en el que Portabella ganó el concurso nacional. El taller, que estaba situado en la esquina de Sagasta con Ruiseñores, fue el encargado por Franco de elaborar los primeros billetes que se emitían en el bando sublevado.

Agradeció el autor a la biznieta del fundador de la empresa Portabella, María Asunción Martí, presente ayer en el acto, su aporte testimonial sobre su familia. Ella destacó el carácter "algo bohemio de su antepasado, amigo de artistas y de toreros. Y reveló la anécdota del viaje que realizó en tren a un pueblo con los doce apóstoles esculpidos a tamaño natural para una Ultima Cena. "Instaló a los apóstoles en tercera, y él viajó en vagón de primera con Jesucristo".