Treinta y cinco azulejos de una abadía inglesa abandonada, ya en la primera sala, expresan todo lo que fue la verdadera Edad Media, muy lejana de la que nos han contado tanto en el cine como incluso en los libros de Historia. Estamos ante una época con mucho color artísticamente hablando, con un simbolismo muy potente y en la que no había distinción entre la Iglesia y el Estado. «Nada estaba hecho al azar. Todo tenía una historia de moralidad y también este pavimento», explica Naomi Speakman, la comisaria de la exposición Los pilares de Europa. La Edad Media en el British Museum, que ayer se inauguró en el CaixaForum con la intención de desterrar esa idea de que tras el Imperio Romano hubo una época oscura, la Edad Media. Junto a Speakman asistieron a la inauguración el otro comisario de la muestra, Michael Lewis; el director adjunto del British Museum, Jonathan Williams; así como el director del CaixaForum, Ricardo Alfos y la directora de exposiciones de arte de La Caixa, Isabel Salgado.

Bajo la premisa de si por algo hay que recordar la Edad Media es por sus «grandes talentos artísticos, desarrollo cultural e importantes cambios políticos, religiosos y económicos», Los pilares de Europa despliega su discurso alrededor de 260 piezas, la mayoría procedentes del British Museum (algunas es la primera vez que salen del centro) aunque también las hay del Museo Arqueológico Nacional, el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña) y del Museo Frederic Marès. Un gran mapa de Europa que va evolucionando conforme pasan los años y se van conformando los diferentes reinos es el encargado de recibir al visitante en un espacio donde se pueden ver dos de las grandes joyas de esta muestra, el Broche de Wingham y la estatuilla de un caballero «que limpia toda la imagen mala que pudieran tener» que todo indica que sería San Jorge (no hay que olvidar que también es el patrón de Inglaterra). Con respecto al broche, testimonio de la riqueza del reino anglosajón, se trata de una pieza pequeña realizada en plata dorada, granates, vidrio azul y concha. Aunque la obra que es probablemente la estrella de la exposición es el rey del juego de ajedrez de Lewis, posiblemente de Noruega, aunque hallado en Escocia.

RELIGIÓN Y ESTADO

La religión era una parte importante de la vida en la Edad Media y, como tal, no podía faltar una sala dedicada a las creencias. En ella, coronada por una gran crucifixión, el visitante podrá contemplar, entre valiosos objetos religiosos, dos báculos donde lo importante no es lo que retratan, el jardín del Edén uno y la coronación de la Virgen en otro, sino la forma de serpiente (con todo lo que connota en la tradición cristiana) que tiene el primero.

La vida en la corte centra otro de los espacios de la exposición en la que también había tiempo para el amor (cortés, por supuesto). Algo que se puede resumir en un excepcional cofre de marfil en el que, como si de un cómic se tratara, se cuenta la historia de un amor condenado con todos sus pasos hasta el final trágico y en el que se representa también la sociedad acomodada de la época. También hay tiempo para desmentir «la suciedad» de la Edad Media ya que, entre las piezas, hay un aguamanil en forma de león (el agua salía por la boca) con el que los miembros de la alta sociedad se lavaban las manos antes de comer. Y todavía esconde una pequeña sorpresa la exposición casi al final, un cascanueces que incluye personajes animados cuando se utiliza, desde una pareja que se da un beso hasta un perro que persigue a un pájaro volando.

PROYECCIÓN A LA ACTUALIDAD

«Lo importante de esta muestra -señaló Isabel Solano- es que aborda la época medieval pero se la lleva hacia nosotros y busca los puntos en común entre los reinos del norte y los del sur y su legado». De hecho, concluye con un vídeo en el que se puede apreciar todo lo que ha quedado de esa época en la actualidad con especial mención a las ciudades. Grandes castillos de piedra y catedrales dominan el paisaje, han sobrevivido obras de arte y objetos procedentes de habilidosos artesanos e incluso algunas palabras y topónimos reflejan la vida de los pueblos de la Edad Media.

Esta exposición ha sido posible merced al convenio que han firmado La Caixa y el British Museum y es la primera materialización del mismo (esta misma muestra llega ahora a Zaragoza tras haber estado anteriormente en Madrid y Barcelona). Posteriormente, habrá tres proyectos más que se podrán ver también en el centro de la capital aragonesa.

Los pilares de Europa se podrá visitar hasta el 29 de octubre y dentro de las actividades paralelas que se han organizado, esta tarde, a partir de las 19 horas, el comisario Michael Lewis ofrecerá una conferencia, Junto a ello, habrá visitas guiadas, concertadas para grupos, actividades familiares y educativas que completan la ya de por sí atractiva exposición. El precio de la entrada es de 4 euros (gratis para clientes de La Caixa).