En 1901, en una revista alemana progresista, una tira cómica era lo suficientemente elocuente sobre cómo se veía a las mujeres pintoras en esa época. Hay dos clases, decía el texto de la viñeta, "las que quieren casarse y las otras, que tampoco tienen talento". Ahora, un siglo después, la Universidad de Zaragoza ha rescatado del olvido a aquellas mujeres que, a pesar de todos los desprecios que tuvieron que escuchar, "siguieron trabajando en el arte, como la aragonesa María Luisa de la Riva". Y, precisamente, alrededor de esa figura se ha vertebrado la exposición Pintoras en España 1859/1926. De María Luisa de la Riva a Maruja Mallo, que contiene 63 obras de 23 artistas, y que se inauguró ayer en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza en un acto al que asistió la vicerrectora de Cultura y Política Social de la Universidad de Zaragoza, que es a su vez una de las comisarias de la muestra, Concha Lomba; junto a la otra comisaria Magdalena Illán, profesora de la Universidad de Sevilla; y la coleccionista y familiar de la propia María Luisa de la Riva, Fuensanta García, que ha cedido un buen número de obras para la ocasión.

DE AFICIÓN A PROFESIÓN

La exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 28 de junio, aborda el paso "de unas artistas que pintaban por afición y entretenimiento a ser profesionales". Así, en la primera sala de la muestra donde la gran protagonista es María Luisa de la Riva, se pueden apreciar algunas obras de las artistas académicas del siglo XIX donde se puede contemplar el trabajo de Julia Alcayde, Fernanda Francés o Alejandrina Gessler, entre otras importantes. Así, en esta primera sala predominan los bodegones, las naturalezas muertas y los retratos, aunque ya se incluyen algunos desnudos. "Abordan los temas académicos, pero lo hacen ya con intención de remover. De hecho, María Luisa de la Riva pintaba unos bodegones enormes que fueron muy criticados acusando a la artista de tener una ambición desmedida o hacer unas pinturas desproporcionadas", explicó Illán, comisaria de esta primera parte de la muestra.

Ya en la segunda sala, la exposición aborda la llegada del nuevo siglo, el XX, y cómo ese tránsito trajo los inicios de la vanguardia artística con pintoras como Luisa Vidal, Carolina del Castillo, María Blanchard y Maruja Mallo. "Con la primera guerra mundial, la situación de la mujer empieza a cambiar en España por dos motivos fundamentales: la llegada de una nueva generación y la propia guerra que hace que a España, neutral en la contienda, lleguen artistas de otras partes de Europa y que impregnan de su concepto del arte a las pintoras españolas", aseveró Concha Lomba. Entre las que llegaron, y cuyas obras se pueden contemplar en esta segunda sala, están Norah Borges, Sonia Delaunay, Marie Laurencin, Victoria Malinowska y Olga Sacharoff. Es una etapa, en la que se aprecian "lenguajes mucho más modernos y conocidos a nivel internacional", aseguró Lomba. Así, en este siglo XX, las pintoras ya muestran una especial inclinación por las escenas de género protagonizadas por mujeres, en las que subyace una nueva forma de entender el papel desempeñado por la mujer en la plástica española de comienzos del siglo XX, al tiempo que emplean un lenguaje más novedoso.

La exposición, según las comisarias, "aporta una novedad ya que jamás se había logrado reunir este conjunto de obras pero, también, por el asunto que la vertebra ya que se investiga y reflexiona sobre el papel de la mujer artista en esa época donde se dudaba de si la mujer tenía capacidad intelectual". Las 63 obras han sido cedidas por instituciones como el Museo del Prado, el Reina Sofía, el MNAC, el Museo de La Coruña, el de Córdoba, el de Cádiz, el Jovellanos de Gijón, el BBVA, o la Universidad de Oviedo, entre otras. La Diputación Provincial de Zaragoza también ha colaborado en la celebración de esta muestra.

Pintoras en España 1859/1926. De María Luisa de la Riva a Maruja Mallo se podrá visitar hasta el 28 de junio de martes a sábado, de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas; y los festivos, de 11 a 14 horas. Los lunes permanecerá cerrada. La entrada es libre.