ARTISTA Orquesta Popular de la Magdalena presentando su nuevo disco 'Flamenco Diásporo'

LOCAL Centro Musical Las Armas

FECHA sábado, 27 de diciembre

ASISTENCIA 170 espectadores

Flamenco diásporo, el disco impulsado por ese agitador cultural y polemista vocacional llamado José Luis Cortés, más conocido en el negocio musical por el sobrenombre de Panoja, con dirección artística del muy versátil compositor, productor y arreglista Alberto Gambino, es tal vez la iniciativa musical aragonesa más notable de 2014. Un amplio plantel de intérpretes agrupados bajo el nombre de Orquesta Popular de la Magdalena ha puesto en pie el proyecto, cuyo título anticipa su contenido: mostrar cómo el flamenco excede tanto la geografía a la que ha sido constreñido como sus costuras sonoras, dejando claro que su evolución es fruto de su contacto con el folclore de las españas, jota aragonesa incluida.

Pues bien, ese gozoso Flamenco diásporo se presentó el sábado en el Centro Cultural las Armas. Ahí, bajo la batuta de Alberto Gambino (también se ocupó de teclados y guitarra) dieron vida al invento Constancio Pradas (percusiones), Rubén Jiménez (guitarra flamenca), Juan Caballero (bajo), Sergio Aso (laúd), Beatriz Bernal (cante jotero), Laura de San Pío (cante flamenco), Arturo Jiménez y David Tejedor (cante flamenco), Carlos Badorrey (trompeta), Fran López (trombón), Rodrigo Mabuse (voz, coros y recitados), Buba Barrés (percusión flamenca), DJ Pendejo (electrónica), Santiago del Campo (voz y saxo) y Dr. Loncho (rapeados).

Larga lista de participantes que es de justicia anotar, pues el esfuerzo de sacar adelante en directo empresa tan ambiciosa no es caldo ligero. Todas las piezas del disco, salvo la singular Saeta, fueron recreadas, y aunque hubo interpretaciones sobresalientes prefiere uno repartir méritos colectivamente, de la misma forma que al grupo en conjunto hay que achacar también los errores, que no son otros que la falta de rodaje del espectáculo, carencia que se solventa pisando a menudo los escenarios.

Pero no exagero si afirmo que el día en que esta Orquesta Popular de la Magdalena, susceptible de contar con más invitados en un momento dado, lleve sobre sus rítmicas espaldas un buen puñado de actuaciones, Flamenco diásporo será un concierto fascinante. Ya lo es ahora, fragmentadamente, en canciones puntuales, en momentos mágicos. Y es, sobre todo, hermoso paradigma de trabajo en equipo, de recuperación de personalidades artísticas (la de David Tejedor, por ejemplo), de demostraciones individuales de genio interpretativo, de apasionadas búsquedas y de brillantez hallazgos.

Con propiedad, la esencia de lo popular se hace carne, como no podía ser de otra forma, en esta Magdalena mestiza y cosmopolita, a golpe bambera, bulerías, asturianada, taranta, jora zarzuelera aflamencada, montañesa, jotalegría, nana, fandango y la muy festiva

Rumba de mercadillo, capaz de ensombrecer a esa sultana, también de la venta ambulante, a la que cantó Ojos de Brujo.