La escritora aragonesa Magdalena Lasala ha puesto en el centro de su obra literaria a los personajes históricos femeninos, reivindicando la importancia que han tenido como motor de cambio en la sociedad, en muchas ocasiones olvidadas o apartadas de la investigación histórica. Acaba de publicar su última novela La emperatriz goda: Gala Placidia un corazón entre dos mundos, donde explora el papel que tuvo Gala Placidia en los últimos días del Imperio Romano. Además, trabaja en la biografía de Catalina de Aragón y Catalina de Médici.

Alejada de la sombra de la figura masculina, así es como Lasala quiere presentar a la emperatriz Gala Placidia, para darle la relevancia que tuvo durante unos tiempos convulsos: «Ella asiste a la decadencia y últimos días del Imperio romano de Occidente», comenta Magdalena Lasala, que recibió el Premio de las Letras Aragonesas en el año 2015.

Una nueva perspectiva

Esta novela trata de reconstruir su vida para darle una nueva perspectiva al contexto de la época, ya que «los hechos históricos están en muchas ocasiones determinados por las decisiones personales y por la personalidad de las grandes figuras que los protagonizaron».

Una emperatriz «a caballo entre dos mundos», el pagano y el cristiano, entre dos concepciones de entender la vida, entre un mundo que muere y uno que nace. Por ello Lasala quiere poner el foco en el papel que tuvo como emperatriz y su desarrollo como dirigente.

«Me fascina la investigación, las posibilidades de descubrir ese lado de la historia que no me habían contado». Y es que toda la obra literaria de Lasala gira en torno a la historia y a la riqueza que tiene la aportación femenina a ella. «La verdad absoluta no existe, busco otras perspectivas que me ayuden a construir la historia», argumenta Lasala.

De este revisionismo histórico Magdalena Lasala cree que aún queda mucho por hacer, que desde la investigación tradicional de la historia se han de aceptar con humildad otras perspectivas, que en su opinión han sido siempre la de los vencedores y la de la mirada masculina. Esta última porque las batallas y otros espacios históricos que se relataban eran ocupados habitualmente por hombres, que a su vez fueron los primeros en aprender a leer y escribir, fomentando de esta manera el rol al que la mujer se le ha ligado en la antigüedad, a la maternidad, el cuidado del hogar y del esposo.

Nuevos proyectos

Además de su última novela, Magdalena Lasala no para de trabajar. Entre los siguientes proyectos a corto plazo, tiene entre manos la biografía de Catalina de Aragón «la reina más querida por los ingleses», en la que se reflejan los valores que tuvo como monarca y sus convicciones morales y que aportó «una lección existencial inconmensurable».

A su vez, trabaja en la biografía de Catalina de Medici, quien ascendió a la corona siendo esposa de Enrique II de Francia, y tras su muerte permaneció 30 años en el poder actuando de regente de sus tres hijos, los siguientes tres reyes de Francia. Ante las guerras de religión entre cristianos y protestantes, Catalina de Medici tomó las riendas del trono par asegurar el futuro de Francia, con determinación y ejercicio del poder, unos valores bien vistos en las figuras masculinas pero no en ella, a quien entre otras cosas, se le acusaba de brujería y de conspiración. Ambas biografías saldrán en España, Argentina y México a final de año.

La literatura no es la única disciplina artística que Magdalena Lasala maneja. Ha realizado algunos trabajos en la dramaturgia y planea publicar una libro de poesía, otra de sus grandes pasiones, aunque todos sus proyectos giran en torno a la literatura. Para generar estas obras Lasala lo tiene claro, todo tiene que ver con el disfrute del proceso de creación «en la medida que disfruto yo disfruta el lector», concluye.

Reedición: Jimena

Magdalena Lasala tiene también que celebrar la tercera reedición de su novela histórica Jimena, en esta ocasión de la mano de Pregunta Editorial. Una obra que trata de desmitificar la idea de la esposa que espera la vuelta de El Cid, para poner en relieve el trabajo que desempeñó en la política territorial, siendo embajadora de El Cid en la Corte cristiana, como administradora de bienes de la familia o gobernadora de Valencia. Una novela que comienza con la infancia de Jimena, para construir un retrato fiel, y entender el contexto en el que creció y como marcó su personalidad, para pasar a su faceta política.