Hace dos décadas, María Rodríguez, Mala Rodríguez, sorprendió sacándose de la manga un disco, Lujo ibérico, que no es que entrara en el mercado del hip hop por todo lo alto sino que lo hizo para derribar multitud de muros autoimpuestos por la industria y, sobre todo, para dar un puñetazo en la mesa y reivindicar, y conviene recordar que entonces no era lo habitual, el empoderamiento femenino, Lo hizo con letras sin pelos en la lengua y combinando los ritmos de su tierra con el sonido más hip hopero. El resultado fue tal que 20 años después (21 para ser exactos por culpa de la pandemia), Mala Rodríguez ha montado una gira para conmemorar el lanzamiento de aquel disco pero de una manera muy especial, en acústica. Acompañada únicamente por la Mari (a la guitarra y a la flauta travesera), la jerezana ha llenado (lo que se permite en estos tiempos de covid) la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza.

Con una propuesta desnuda, pero que llega directamente al público como se ha podido comprobar en una sala entregada incluso antes de que salieran las artistas a escena, Mala Rodríguez ha hecho un brillante repaso a canciones de Lujo ibérico como Tambalea, En mi ciudad hace caló (la canción que cantaba con Kase.O en el disco y al que ayer tenía previsto invitar a cantar pero tenía otro compromiso el zaragozano según explicó la propia artista), Tengo un trato (aquí no tuvo más remedio que ponerse en pie para cantar la canción que probablemente más ha trascendido de su carrera), Con los ojos de engañá o El gallo en un concierto que había arrancado entre las sombras de las luces con una descarnada interpretación de Peleadora.

Mala Rodríguez ha mostrado a lo largo de toda la actuación su registro vocal dando rienda suelta en ocasiones a su versión más flamenca aunque sin dejar de demostrar en otros su maestría a la hora de rapear y su rapidez en hacerlo. El éxito no suele ser casualidad y dos décadas a sus espaldas no hacen más que demostrar que Mala Rodríguez sigue teniendo mucho tirón... y también entre un público joven del que se ha visto bastante en la sala Mozart. Algo que incluso ha sorprendido a la propia artista en cierta manera: «Me habían dicho que a este concierto venía gente nostálgica que quería escuchar Lujo ibérico», ha dicho cuando le han reclamado canciones nuevas.

Así, el concierto ha ido caminando en una línea bastante marcada (solo rota en ocasiones por las espontaneidades de la artista) y creciente hasta que para acabar la velada, Mala Rodríguez no ha arriesgado en los bises y ha vuelto para cantar Quien manda y Contigo. No ha sido muy largo el concierto, algo más de 65 minutos, el horario anticovid y el toque de queda han mandado, y sus seguidores han reclamado más pero estos, también hay que tener en cuenta, que no hubieran querido que se acabara nunca.