La banda "Malevaje" abre hoy en Huesca los actos de su 30 aniversario sobre los escenarios con un concierto "íntimo" y "sencillo", de esos que se escuchan sentado, y con un repertorio nuevo que mezcla sus temas más aclamados con otros clásicos de la historia del tango que hasta ahora no habían interpretado.

El escenario, el Centro Cultural El Matadero de Huesca, y mañana el Teatro Arbolé de Zaragoza, antesala del concierto que ofrecerán en el Teatro Fernández de Rojas en Madrid, el próximo mes de mayo, para celebrar que su trayectoria musical cumple ya tres décadas.

Creada por el cantante de tango Antonio Bartrina en un local madrileño, esta banda, formada también por Fernando Gilabert al contrabajo y Sacri Delfino a la guitarra, ha publicado doce discos que respetan la inmortalidad del tango, al tiempo que ofrecen composiciones originales.

Esta particular e intensa forma de entender el género musical es la que transmitirán en sus conciertos, en el ambiente íntimo que ofrecen los teatros y las salas pequeñas donde prefieren actuar, ha explicado Bartrina en una entrevista con EFE.

Lo harán con un repertorio nuevo que aúna temas rescatados de sus primeros discos, como "Arroz Blanco" compuesta en 1986 y pedida por el público en todos los conciertos, con otros más recientes como "El tango amigo" o "Coplera" de su último álbum (2008) "No me quieras tanto, quiéreme mejor".

Pero la novedad de esta gira será la interpretación por primera vez de tangos clásicos que hace treinta o cuarenta años cantaban autores argentinos y uruguayos y algún que otro español como el catalán de "La cieguita", ha dicho.

Son temas que hasta ahora Malevaje no había interpretado sobre los escenarios, algunos populares, pero otros desconocidos para el gran público como "Al mundo le falta un tornillo" o "Mi canción de ausencia", con la que abrirán el concierto de Zaragoza.

Algunos de ellos responden a una temática social, con unas letras punzantes y realistas, como requiere la actual situación que vive no sólo España también otros países, sin que falten las canciones que hablan del amor y de los sentimientos humanos, ha apuntado.

"Por ejemplo, tocaremos también "Tango sin nombre" de nuestro último disco que cuenta cómo vemos el mundo en general, con la panda de mangantes que nos rodea en todos los países, esos amos del mundo que existen en todos los sitios", ha dicho.

Habrá también alguna sorpresa durante la actuación, una fusión musical de la que Antonio Bartrina no ha querido dar más detalles para no desvelar más de la cuenta.

"Siempre nos han dicho que no hacemos fusión, pues ahora en nuestro 30 aniversario la vamos a hacer", ha indicado.

Así este trío de tango, que funciona "a la perfección", continúa probando nuevas técnicas musicales y todo ello sin cansarse, con la coordinación que aporta el haber tocado juntos desde sus inicios, en el caso de Antonio Bartrina y el contrabajo Fernando Gilabert.

El guitarrista Sacri Delfino se unió a la banda hace diez años, ha recordado Bartrina, quien ha bromeado que los tres son "unos hachas".

Esta semana vuelve a Aragón, donde han tocado en numerosas ocasiones y donde les espera un público "mayor" aunque, entre sus seguidores, también hay jóvenes que se decantan por otro tipo de música más allá de la puramente comercial, ha concluido.