TÍTULO Nullius in verba

AUTOR Steve Gibson.

LUGAR Sala CAI Luzán.

FECHA Hasta el 13 de mayo.

Por sus ideas religiosas, Miguel Servet fue capaz de soportar la muerte en la hoguera a fuego lento, el más horrible de los martirios. Stefan Zweig lo cuenta en Castellio contra Calvino. Conciencia contra la violencia: El 27 de octubre de 1553 "Servet, extenuado, es suspendido con una cadena de hierro y atado con cuatro o cinco vueltas de cuerda. Entre su cuerpo aún vivo y la soga que le corta de un modo horrible, los mozos del verdugo meten a presión el libro y el manuscrito que Servet enviara a Calvino sub sigillo secreti, pidiéndole su fraternal opinión. Finalmente, le encasquetan en la cabeza una odiosa corona de pasión, impregnada de azufre. Con estos terribles preparativos termina el trabajo del verdugo. Solo falta encender el montón de leña, y con ello comienza el asesinato".

(...) "Pronto, el humo y el fuego envuelven el cuerpo que se arquea en medio del tormento (...) Esta lucha con la muerte, espantosa, e indescriptible, dura una media hora. Solo después se extinguen las saciadas llamas, el humo se desvanece y en el poste requemado, de la cadena al rojo vivo, cuelga una masa negra, humeante y reducida a carbón, una horrenda gelatina que no recuerda nada humano. Lo que una vez fuera una criatura pensante y terrestre, que con pasión aspiraba a la eternidad, ha quedado reducido a tan atroz excremento, a una masa tan repugnante y apestosa, que su vista durante tan solo un instante tal vez hubiera aleccionado a Calvino acerca de la inhumanidad de su arrogante osadía al erigirse en juez y asesino de uno de sus semejantes".

Steve Gibson (Liverpool, 1964) dibuja de modo académico las torsiones de un cuerpo martirizado y, más rotundo, ausculta con manchas, tachaduras y gestos hirientes los restos carbonizados del aragonés enjuto y pálido, radical e impetuoso, caballero andante de la teología, lo llamó Zweig, que empeñó su vida en la supresión del dogma de la Trinidad. Enfrentado con todos, Servet publicó sus tesis en el tratado de teología Christianismi Restitutio, que incluye su más importante hallazgo: el descubrimiento de la llamada circulación pulmonar de la sangre. Los dibujos de Gibson arropan en su desnudez la instalación escenográfica de 13 cráneos modelados con papel de acuarela y suspendidos sobre vástagos de hierro en un paisaje de dunas de sal, de los que aún brota la vida.

El título del proyecto incide en la necesidad de alcanzar el conocimiento a través de la investigación. Servet no es un buen ejemplo, creo, pues aunque siempre cuestionó la autoridad, se comportó como un iluminado religioso y no profundizó científicamente en su genial hallazgo. Su asesinato, sin embargo, no tardó en convertirse en un manifiesto en defensa de la tolerancia. A la libertad de pensamiento, encarnada en Servet, dedica Gibson su trabajo.