El libro que ha ganado el VI Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve, 'La claridad', engarza cinco relatos largos que son cinco aproximaciones al mal, un asunto que a su autor el argentino Marcelo Luján (Buenos Aires, 1973) le interesa particularmente porque “es un tema frente al que el intelectual debe prestar atención”. Rioplatense radicado en Madrid desde hace 20 años, su probada querencia frente a la cara oscura del mundo le llevó a ganar el Premio Dashiell Hammett en Gijón, que distingue a la mejor novela negra del año, en este caso el 2016 con ‘Subsuelo’.

El jurado del premio ha estado presidido por Fernando Aramburu, que se ha desplazado a Madrid desde Alemania en plena nueva normalidad. “Porque me educaron para terminar lo que se empieza”. Y es que el Ribera del Duero, un galardón creado por el sello Páginas de Espuma especializado en relatos y el mejor dotado (50.000 euros) en su género, que debía fallarse en marzo ha tenido que posponerse hasta el momento. A Aramburu, que se define a sí mismo como un disfrutador de cuentos -“suelo premiarme de vez en cuando leyendo alguno clásico”- le atrapó en seguida el libro de Luján, en el que percibió a un autor consolidado, en unas historias “fuertes en el sentido dramático pero sin llegar a ser truculentas”, protagonizadas en su mayor parte por mujeres . “No sé lo que pensarán otros miembros del jurado pero a mí me ha captado por su calidad literaria”.

Luján no le hace ascos al género negro o al terrorífico, se considera buen lector de ambas. Así que ese tono también campa en sus relatos, pero matiza y recuerda una regla de oro que suele repetir a sus alumnos de taller de escritura: “Un escritor siempre debe poner la historia que va a contar por encima del género. Es mal asunto plantearse escribir una novela histórica o una novela policial antes de decidir qué es lo que vas a contar”.

Violencia y tinieblas

Sorprende que unas historias cargadas de violencia y oscuridad se reúnan bajo el título de ‘La claridad’. No hay ironía. “Es verdad que son historias oscuras y en algunos casos violentas pero me pareció bonito potenciar la oscuridad rodeándola de claridad, me parece una forma de hacerla más visible. Por eso todos los relatos tienen un aura de bondad en ese núcleo duro de tinieblas”. Relatados en un castellano híbrido, sin americanismos, porque el idioma de Luján, madrileño de adopción, necesariamente ha evolucionado en su trayectoria a este lado de Atlántico y porque las historias transcurren en una España innominada.

Aunque el libro ganador incluye cinco relatos, en la edición definitiva de Páginas de Espuma se incluirá un sexto cuento con una nota del editor Juan Casamayor. Y es que al l tratarse de un texto no inédito no cumplía la regla requerida. Otros ganadores de ediciones anteriores son Marcos Giralt Torrente, Guadalupe Nettel, Samanta Schweblin y Antonio Ortuño.