La restauración de obras de arte es sin duda alguna uno de los procesos más delicados a los que un profesional se puede enfrentar, y si la pieza a recuperar está carbonizada, aún más. La aragonesa María Gómez, destacada como la principal experta europea en restauración de pinturas quemadas, lo sabe bien ya que ha desarrollado sus funciones como vicepresidenta en la Comisión Científica Internacional de Estudios del Santo Grial y como asesora del Comité Científico del Real Monasterio de Santa María de Sijena. Próximamente participará en la exposición internacional Jacetania: Ruta del Conocimiento, Camino de la Paz, en la Ciudadela de Jaca.

Para María Gómez, profesora del Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia, «la gravedad que tiene la obra» es la principal diferencia entre la recuperación de pinturas quemadas y otras restauraciones. «Las tablas pueden llegar a arder, y al apagar el fuego y retirar el carbón, que no haya padecido calor la pintura. Sin embargo, hay otro tipo de pinturas que trabajo yo que han padecido el efecto horno. Han sido sometidas varios días a elevadísimas temperaturas, por eso tienen esas ampollas, y la parte que se ha quemado ha sido la orgánica, la de los barnices, la parte más endeble. Luego están los pigmentos, que son inorgánicos: las tierras, minerales… Estos aguantan el calor», comenta Gómez.

Una buena parte de estas reconstrucciones vienen provocadas por los daños de la guerra civil y la quema de iglesias, una pérdida enorme en términos de patrimonio de la que no se recuerda similar en la historia reciente, según la experta: «Fueron cientos de iglesias las que se quemaron, también en la desamortización de Mendizábal hubo muchas pérdidas, pero en ese caso fue un trasiego de obras, de robos… un descontrol». Aunque cuenta que ha podido recuperar piezas de esta época: «Ahora en mi laboratorio estoy trabajando desde hace varios años obras de Mora de Rubielos. Me han traído trozos, retablos renacentistas, un cuadro de un gran pintor que estaba negro y no se dieron ni cuenta, un cristo de 1,90 metros… Me suelen venir obras de la guerra, de muchos pueblos distintos».

El más reciente

Su último trabajo ha sido la restauración de la tabla gótica del siglo XV San Blas que luce en el Museo de Valencia: «No sabíamos lo que había en ella, estaba muy carbonizada en la superficie. Es una pieza del Maestro de Artés, son los primitivos valencianos, de la Corona de Aragón. Hay muy pocas piezas, y que aparezca una tablita que va completando los trozos del retablo pues ha sido una alegría», apunta la experta en restauración.

En activo desde 1991, María Gómez recuerda El retablo de San Miguel del Maestro Gabarda como la obra cuya restauración más complicaciones tenía: «Fue el primero que me llamó la atención. Yo estaba con una tesis doctoral de carcoma en obras de arte y fue ver esa pieza y cambié el tema. Pensaba que con regenerar los estratos iba a ir bien. Fue complicado, no, lo siguiente. Las deformaciones eran como huevos de codorniz, muy abultados. Ahora luce como si no hubiera pasado nada», dice satisfecha.

Desde la restauración ha llegado a ser vicepresidenta de la Comisión Científica Internacional de Estudios del Santo Grial, que el 26 de marzo, inaugurará una exposición en la Ciudadela de Jaca, Jacetania: Ruta del Conocimiento, Camino de la Paz, un proyecto cultural que comienza en España y que recorrerá puntos de Europa, Latinoamérica y Oriente Medio bajo el título de la muestra. «La importancia que tiene Jaca con el Santo Grial es la que tiene todo Aragón. El Grial no es posible sin Aragón, entró aquí y aquí se conservó durante 1.300 años. Lo que tiene esta ruta, más allá del objeto religioso, es el valor del recorrido por esos pueblecitos de todo el Pirineo, llegando a Zaragoza, pasando por Teruel hasta Valencia», apunta Gómez, quien ve un gran potencial en este itinerario gastronómico y turístico: «Será una ruta de oro, estamos hablando de dinero para las comarcas. En todos los aspectos. Como el Camino de Santiago. Eso es lo que queremos conseguir en Aragón», concluye Gómez.

El reconocimiento internacional que María Gómez ha alcanzado con su trabajo le llevó a estar propuesta como especialista para recuperar las pinturas quemadas durante el incendio que asoló a la catedral parisina de Notre Dame en el 2019.