Un exceso de fármacos mató a Michael Jackson. Esta es la hipótesis que se barajaba ayer en Los Ángeles después de que la web TMZ publicase que uno de los ejes de la investigación es el médico privado del artista. Conrad Robert Murray, un cardiólogo de 51 años, acompañaba al rey del pop en el momento en que sufrió la parada cardio-respiratorio, y le intentó reanimar en vano. La web TMZ, que ya había dado la primicia del fallecimiento el jueves, cita a fuentes de la familia, que denuncian que el doctor Murray inyectaba a Jackson una dosis diaria de Demerol, un potente analgésico parecido a la morfina. Según estas fuentes familiares, el médico habría puesto a Jackson una inyección de Demerol 50 minutos antes de llamar a los servicios de urgencia.

A la hora de cierre de esta edición, el doctor Murray se disponía a declarar ante la policía de Los Ángeles. El misterio rodea el fallecimiento de Jackson con idéntica fuerza la conmoción vivida en todo el planeta tras conocerse su trágico adiós. Vaya concierto, sin duda celestial: rey del rock (Elvis Presley), dos de los cuatro chicos fabulosos que eran más populares que Jesucristo (John Lennon y George Harrison) y, desde el jueves, el rey del pop, Michael Jackson. Ese niño angelical, que triunfó primero con sus hermanos en los Jackson Five y después, en solitario, se convirtió en una estrella global, falleció en Los Ángeles cuando se preparaba para un regreso por todo lo alto: 50 conciertos consecutivos en Londres. Un retorno con el que Jackson quería enterrar su decadencia, marcada por el escándalo de pederastia, los problemas físicos y psíquicos, los apuros económicos, el acoso mediático y una actitud inclasificable para la que la palabra excéntrica se queda corta.

Ayer, cuando miles de personas en todo el mundo lamentaban la muerte de un artista sin fronteras, se pronunciaron muchas frases afortunadas para definir a Jackson: un niño que vivió como un adulto y un adulto que vivió como un niño, escribía The New York Times; ´Unaespecie de Elvis a la inversa:Elvis era un blanco que queríavivir como un negro y Michael,lo contrarioª, dijo elmúsico Jean-Michel Jarre. Hayconsenso en dos puntos. El primero,que Jackson fue uno delos más grandes de la historiade la música y se convirtió enun icono de la cultura populara escala mundial, popularizandola música negra comonunca antes había sucedido.El segundo, que su decadenciafue tremenda, que nuncase recuperó de las acusacionesde pederastia y que tenía gravesproblemas físicos y mentales.Todo ello forma un frescode un niño prodigio que alcanzóla fama y al que despuésla celebridad destrozó que tienepuntos en común con Elvis(de Graceland a Neverland).

Ayer se abría paso cierta ansiedadpara conocer las causasde la muerte, en medio delmisterio y de los rumores queapuntan a la sobredosis demorfina o incluso de pastillas,especialmente después de queel abogado de la familia, BrianOxman, afirmase que estabapreocupado por los muchosmedicamentos que consumía.Michael Jackson pasó los últimosdías ensayando en Los Ángelespara su regreso en Londres,según su entorno, exprimiéndosefísicamente al máximo.Los forenses practicaronayer la autopsia, aunque habráque esperar a las pruebasde toxicología para saber lacausa exacta de la muerte, loque todavía tardará entre seisy ocho semanas, según aseguraronlos expertos.