Mel Gibson lo ha conseguido. Después de provocar la más rentable polémica de los últimos años alrededor de La Pasión de Cristo , su nombre es ya sinónimo de controversia. Y en cuanto se ha sabido que en su próximo proyecto el australiano retratará a Boudica, una legendaria reina guerrera británica del siglo I cuya historia y combates contra el imperio romano están escritos en sangre, se han vuelto a desatar los temores.

¿Describirá en Warrior la violación de las dos infantas y el asesinato del rey con todo lujo de detalles como ya hizo en su anterior cinta? ¿Mostrará las supuestas tácticas de los icenos, de los que se decía que cortaban los pechos de las mujeres romanas para meterlos después en la boca de sus víctimas? ¿Cómo describirá la conocida brutalidad del ejército de Roma que tanto juego le dio en La Pasión ? Las posibilidades gráficas del material hacen temblar.

Gibson tiene en el proyecto el papel de productor y no piensa ponerse tras las cámaras para dirigir lo que Variety ya intuye como "un Braveheart con sujetador". Pero su poder es innegable. En Hollywood hay otros tres proyectos sobre esta misma reina, un icono del feminismo y una leyenda en el Reino Unido, incluyendo uno de Dreamworks --Queen fury --, otro de Paramount --Warrior queen -- y aún otro dirigido por Laura Bickford --My country --.

A ninguno se le había prestado mucha atención hasta ahora, enmarcándolos en lo que parece otra edad de oro en el celuloide para las grandes figuras de la historia bélica como Alejandro Magno, protagonista de dos superproducciones de estreno cercano.

UNA FIGURA RESCATADA

"Si se toma a cualquier figura que desata grandes emociones vas a molestar a alguien seguro", auguraba en Reuters la doctora Juliette Wood, una especialista británica en cultura popular. "Sabemos muy poco de Boudica pero ha sido convertida en un icono metahistórico".

Fue en el siglo XVI cuando los historiadores, unido al deseo de la reina Isabel I de promover el concepto de una reina noble y guerrera, rescataron la figura de la esposa del monarca Prasutagus, que reinaba sobre los icenos bajo autoridad de Roma. Testigo de la opresión de su pueblo bajo Nerón, el papel histórico de Boudica empezó a perfilarse tras ver el asesinato de su marido, la violación de sus hijas y la anexión brutal de los que eran sus dominios.

Boudica se atrevió a alzarse contra el imperio y consiguió que se sumaran a su empeño numerosas tribus, y aunque los romanos acabaron ganando la batalla los expertos creen que la firmeza de su resistencia obligó a Roma a moderar sus políticas. Enfrentada a la derrota, la reina cuyo nombre significa victoria se quitó la vida bebiendo de un caliz envenenado. La posibilidad de una segunda parte en el cine está, si la lógica impera, descartada.

Gavin O´Connor, el hombre elegido por Gibson para dirigir Warrior , cree que esta película puede romper la maldición que parece perseguir en taquilla a las cintas épicas protagonizadas por mujeres. Y es la diferencia con otras historias de ese tipo la que en su opinión hace el proyecto especial. "Boudica está motivada por la venganza personal --declaraba recientemente a Variety --. "Sus objetivos nunca fueron políticos y nunca fue más allá de vengar a su marido y descendencia. Logró unir a numerosas tribus guerreras para alzarse contra el Imperio Romano. Es una historia masculina con un punto de vista femenino", resumió O´Connor.

El guión de Warrior lo firman mano a mano entre Brian Klugman y Lee Sternthal, que pasaron más de un año estudiando a la reina Boudica, a los celta y al imperio romano, y otro año más escribiendo. Y los historiadores ya están dispuestos a analizar al detalle ese texto, dado que incluso para ellos muchos aspectos de la vida y la guerra de la reina son aún un enigma.

UNA MUJER CON CARISMA

Lo que se intuye por sus acciones y sus logros unificadores es que era una mujer "con gran carisma", según Miranda Aldhouse Green, profesora de arqueología de la Universidad de Gales, citada por Reuters. "Y fue una de las primeras en dejar de un lado la rivalidad tribal y reconocer la identidad nacional". Todo un reto para un peculiar productor australiano. Y para el director de casting .