Zaragoza recupera su esplendor renacentista en el Patio de la Infanta, joya arquitectónica de la época que acoge desde hoy una exposición permanente en homenaje a la Infanta de España Teresa de Vallabriga, amiga del inmortal aragonés Goya.

Teresa de Vallabriga y Rozas (1759- 1820) es a quien se refiere el Patio de la Infanta, tal y como se conoce al patio central de la Casa Zaporta desde que ella se instalara en 1793, a la muerte de su anterior inquilino, el ilustre Ramón de Pignatelli.

Ahora, la Fundación Ibercaja recuerda la figura de esta culta aristócrata con la exposición permanente "Teresa de Vallabriga. Infanta de España", en la que se incluyen piezas de mobiliario, óleos que fueron propiedad de la infanta y grabados y elementos artísticos pertenecientes a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, la Academia de Bellas Artes de San Luis y la colección Ibercaja.

"Este lugar mágico e inigualable rinde memoria al esplendor de la Zaragoza renacentista y a la riqueza intelectual de la Ilustración aragonesa", ha explicado la comisaria de la exposición, Magdalena Lasala, en la presentación de esta exposición en el emblemático Patio de la Infanta.

La comisaria ha estado acompañada del director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo; del presidente de la Academia de Bellas Artes de San Luis, Domingo Buesa; y del responsable de la Obra Social Ibercaja, Juan Carlos Sánchez.

"Hoy la recordamos y le rendimos homenaje en su casa, con esta cuidada selección de piezas que lucirán en el patio, joya arquitectónica del Renacimiento, permanentemente", ha celebrado el director general de la Fundación Ibercaja.

En la muestra podemos conocer la historia de la que fue la esposa del infante don Luis de Borbón, hermano del rey Carlos III, y conocida como condesa de Chinchón, que regresó de la corte a Zaragoza en 1792, llevando consigo muchas de sus obras de arte, mobiliario, joyas y un amplio vestuario.

"Hemos querido recrear la casa de la infanta tal y como vivió: con sus ricos muebles y su colección de arte", ha expresado la comisaria acerca de esta mirada al pasado, en la que se incluye la reproducción de la antigua escalera que conectaba el patio.

Entre las obras más destacadas que decoran las paredes se encuentran las pinturas "Adán" y "Eva", del pintor flamenco Michel Coxcie y que fueron propiedad de la infanta.

Estos óleos presiden la sala junto a las cuatro reproducciones de los retratos que Goya hizo a la infanta, amiga y mecenas del pintor de Fuendetodos.

En un homenaje paralelo al genial pintor se incluye la reproducción del cuadro "La familia del Infante don Luis", el óleo sobre papel "El tocador de la dama", de su cuñado Ramón Bayeu y Subías; y los retratos que la monja pintora Isabel Guerra dibujó de todos los miembros de la familia, a partir de los pintados por Goya.

"Era una persona muy bien instruida, de gran cultura y sensibilidad, que protegió a los artistas, entre ellos, Goya", ha recordado la comisaria sobre la figura de la aristócrata aragonesa.

Pero Teresa de Vallabriga y su relación de amistad con Goya no son los únicos protagonistas de la muestra, porque en la exposición se recuerda también la figura de Sabina de Santángel, quien inspiró la construcción de esta parte central de la casa, que data de 1549, y por quien fue llamado el Patio de Venus en la segunda mitad del siglo XVI.

"Estas dos figuras femeninas inspiraron a los artistas de su tiempo para crear obras inmortales en piedra y en lienzo y cuyos usos han sido símbolo del devenir social y cultural de esta ciudad de Zaragoza", ha expresado Lasala.

El Patio de la Infanta, recuperado y conservado por Ibercaja, se podrá visitar ahora con entrada libre de lunes a sábado en horario de mañana y tarde y los domingos en horario de mañana.

"Este patio es un libro de historia que esta mañana la Fundación Ibercaja ha querido abrir para que como decían los clásicos todos disfrutemos de lo que hemos sido para saber a dónde podemos ir", ha concluido el presidente de la Academia de Bellas Artes de San Luis, Domingo Buesa, quien ha invitado a visitar este emblemático monumento, que ha superado 500 años de vida y un viaje de ida y vuelta a París.