José Menese abre hoy en la sala Multiusos del Auditorio, a las 22.00 horas, el ciclo Zaragoza Flamenco. El cantaor estará acompañado por el guitarrista Enrique de Melchor. La velada contará también con Manuel Tejuela, leonés afincado en la capital aragonesa, que la peña Unión Flamenca recuperó para el cante.

Tras la apertura de esta noche con Menese, el ciclo se desarrollará en elmismo escenario hasta el próximo mes de mayo y contará con Curro y Carlos Piñana (20 de febrero), Fernando Terremoto (28 de febrero), Duquende y El Tuto (5 de marzo), la bailaora Juana Amaya (17 de abril) y Chano Lobato con Paco Cortés (14 de mayo).

LA ESCUELA DE MAIRENA

"La voz, la voz que cierra y abre las palabras, el cante cortado de perfil, bruscamente. Voz acendrada, ensanchándose desde adentro", escribió el poeta Blas de Otero sobre José Menese, a quien también glosó Rafael Alberti.

Y es que el dramatismo del cante de José Menese, en ocasiones cargado de saludable compromiso, es un volcán que arrastra. Su discografía es tan amplia como lo es su repertorio, con el que recorre como pocos todos los estilos básicos. Para el estudioso José Manuel Gamboa, Menese es "el máximo defensor en la actualidad de la escuela mairenista, y primera figura del cante desde los años 60".

Jose Menese confirma esa opinión ("soy de la escuela mairenista; Antonio Mairena es el cantaor más grande que ha dado la historia: lo cantaba todo y de forma insuperable. Nunca me ha interesado el cantaor payo , excepto Chacón porque me pellizcaba".

El cantaor, nacido en La Puebla de Cazalla, provincia de Sevilla, en diciembre del año 1942, se confesaba así en una entrevista publicada en su disco--libro titulado A francisco , que dedicó a Francisco Moreno Galván.

En la misma conversación se despacha a gusto contra el flamenco actual : "Lo veo mal, muy mal, El movimiento actual es puro márketing. No me molesta que la gente viva bien y que gane dinero; pero una cosa es cantar bien, y otra, engañar a los demás. Antes de bebía de los clásicos, pero a partir de Camarón todo se para y se vuelve imitación ramplona de él".

Del guitarrista Enrique de Melchor, por otra parte, dicen que conoce como pocos los secretos del cante. Melchor, de depurada técnica, huye del efectismo, y apuesta por la sencillez y el sentimiento.