Cerca de 70.000 personas --la mayor taquilla registrada desde el inicio del Rock in Rio-Lisboa-- se concentraron en la noche del viernes en la Ciudad del Rock durante una jornada dedicada a los amantes del heavy metal, con cierre de lujo a cargo de Metallica.

El grupo liderado por James Hetfield, que actuará en Zaragoza el próximo 19 de junio, con las 30.000 entradas de La Romareda ya vendidas, dio muestras de su excelente estado de forma tras más de 20 años de carrera ofreciendo el espectáculo de mayor duración hasta el momento. En dos horas y media de concierto conquistaron desde el primer minuto a un público devoto que coreó sin tregua el repaso a los temas más emblemáticos de su carrera.

Títulos como Sad but true , Wherever I May Roam y especialmente Enter Sandman marcaron los momentos más álgidos de la noche. En la recta final del espectáculo, el público asistió a sonidos de ametralladoras y cañones aderezados con explosiones pirotécnicas que precedieron al aclamado One , otro clásico del grupo. Antes de su retirada definitiva, Hetfield y los suyos decidieron premiar a sus fans con dos extras, Hit the Lights y Search & Destroy , procedentes de su primer trabajo, Kill Em All , editado en 1983.

Antes de Metallica, el grupo Incubus presentó la oferta menos pesada de un escenario principal que acogió también el ritmo brutal de Slipknot --banda que también estarán en La Romareda el día 19--, y que presentaron en Lisboa su nuevo disco Volume 3 The Subliminal Verses . Junto a ellos actuaron también los brasileños Sepultura y los portugueses Moonspell y Civic.