Más de 20 años después de su estreno en París y al menos otras cuatro veces programada en España, Arte, de Yasmina Reza, es ya un «clásico contemporáneo». Así lo cree el dramaturgo y director de escena Miguel del Arco, que ha elegido esta «comedia envenenada» para cerrar la temporada del Teatro Pavón de Madrid.

«Es un clásico contemporáneo que recoge la corriente del teatro popular de Moliere o Shakespeare en una construcción perfecta, una comedia envenenada que ahonda en las miserias del ser humano», señaló ayer Del Arco durante la presentación, en la que estuvo acompañado por los tres protagonistas: Roberto Enríquez, Jorge Usón y Cristóbal Suárez.

Arte llegará a la cartelera el 1 de junio y permanecerá en cartel hasta finales de julio, que enlazará con su Antígona, estrenada en 2015 en La Abadía y que llegará al Pavón en agosto con Carmen Machi y Manuela Paso.

La obra de Reza es una radiografía del declive de una amistad entre tres hombres, que gira alrededor de un cuadro en blanco, símbolo de las paradojas del arte contemporáneo.

Estrenada en 1994 en París, llegó a España cuatro años después de la mano de Josep María Flotats y poco después en su versión argentina, con Ricardo Darín, entre otras. Traducida a más de 30 idiomas, se ha representado también en Nueva York, Londres y Roma.

Del Arco aseguró que no hay una pretensión de buscar un enfoque original, sino de ser honesto con un texto que considera «de repertorio», pero en cualquier caso reconoció que su puesta en escena será «minimalista» y que pondrá el acento en el lado más profundo de la obra.

LOS AMIGOS / «Es una comedia en la que los personajes no buscan hacer gracia», señaló, en línea con el Jack Lemmon de El apartamento y otros filmes de Billy Wilder que a su juicio entran en esa categoría de «comedias envenenadas».

Roberto Enríquez interpreta a Marcos, «un personaje de extremos, que siempre ha hecho gala de su carácter hosco e irreverente», según describió el actor, «capaz de desatar la cólera más brutal y el amor más profundo, generoso y exigente».

Cristóbal Suárez es Sergio, el tipo que se compra el cuadro que lo desata todo y les arroja por un precipicio, eso sí, con final esperanzador. Recién separado, inicia una nueva etapa y mira a sus amigos con ojos nuevos.

El tercero en discordia es Jorge Usón, que interpreta a Iván, el eterno adolescente, el que no cuestiona nada. «Quiere hacerse pasar por un hombre feliz, pero el cuadro viene a detonar algo», explicó el intérprete zaragozano.

Con Arte y con Antígona, la compañía Kamikaze, que dirige Del Arco, pondrá fin a su primera temporada, en la que han estrenado casi 40 montajes. «Estamos agotados y a la vez entusiasmados», dijo, ya que «en muy poco tiempo hemos reestrenado todo el repertorio, hemos hecho obras nuevas y visto una fidelización creciente del público, más allá de la novedad inicial». A mediados de junio, los kamikazes presentarán un avance de lo que será su segunda temporada, «un reto gigantesco» que continuará en la misma línea de compaginar repertorio propio y ajeno, con nueva dramaturgia contemporánea.