Miguel Labordeta, la voz poética aragonesa más importante del siglo XX, sigue mostrando su vigencia a pesar de los más de 30 años de su fallecimiento, en 1969. Buena prueba de ello es la publicación de Miguel Labordeta. Poeta Violento Idílico, 1921-1969 , escrito por Antonio Ibáñez Izquierdo y editado en la Biblioteca Aragonesa de Cultura (BArC). El autor presentó ayer el libro en el Colegio Notarial de Zaragoza --muy cerca de la calle Buen Pastor, donde vivió el poeta--, junto al director de la colección Eloy Fernández Clemente y José Luis Lasala, en representación de Ibercaja, entidad coeditora. Poetas y profesores vinculados con Miguel Labordeta, como Antonio Pérez Lasheras, Gonzalo Borrás, Emilio Gastón, Fernando Ferreró, Miguel Luesma o Antonio Fernández Molina tampoco faltaron a la presentación del libro.

REPORTAJE BIOGRAFICO

"El libro es una biografía de Miguel Labordeta", explicó Antonio Ibáñez, "o mejor dicho, un reportaje biográfico, porque he intentado hacerlo ameno, huyendo de las notas eruditas y bibliográficas". Con este trabajo, el autor ha querido que los lectores "conozcan mejor la figura de este poeta", cuya bibliografía comienza a ser extensa, "aunque todavía falta mucho para que sea tan conocido como merece".

Para realizar este estudio, Antonio Ibáñez ha efectuado un verdadero trabajo de campo, recopilando información de primera mano de quienes estuvieron al lado del poeta durante su vida. "Me he basado sobre todo en testimonios de quienes lo conocieron, aunque desgraciadamente, muchos de sus compañeros de generación ya han desaparecido", apuntó Ibáñez, que también buceó en su correspondencia, "que pese a ser muy numerosa, apenas se ha conservado".

SERENIDAD Y PASION

Antonio Ibáñez, que compaginó sus estudios de Filología Hispánica con los de Periodismo, y ha trabajado en EL PERIODICO y la revista Tiempo , entre otros medios, declaró que "la personalidad de Miguel Labordeta me ha absorbido" durante el año de trabajo que empleó para escribir el libro, y en el que ha contado con el apoyo "de buenos amigos" que le han ayudado a realizarlo. "He llegado a vivir con él, y he descubierto a un poeta capaz de transmitir serenidad y pasión a un tiempo", confesó.

Sobre la personalidad del poeta, el autor indicó que "Miguel Labordeta tuvo el problema de navegar entre dos aguas: el surrealismo y la poesía social, pero siempre demostrando una coherencia absoluta a sus principios". Del mismo modo, Ibáñez recordó "su libertad absoluta, su gran amor por el arte y el afán por romper con lo establecido", unas características que convivieron con "su faceta tierna y generosa, de la que quedan numerosas anécdotas que he querido recoger en el libro".

Antonio Ibáñez tampoco se olvidó de rememorar la figura del poeta "como un gran provocador, a través de su humor infantil", y añadió: "No se puede decir que Miguel Labordeta tuviera una gran concienciación política, pero es un perfecto ejemplo de lo que es un combatiente en una sociedad tan sórdida como la Zaragoza de su época".

Igualmente, opinó que "no sé si su figura ha sido reconocida en toda su valía, pero desde luego es un poeta de gran entidad, y hay que colocarlo entre las más grandes figuras que ha dado la poesía española en todo el siglo pasado".