Cuatro años han pasado desde que Anthony Minghella estrenó El talento de Mr. Ripley hasta que Cold Mountain abrió hace una semana la Berlinale. Si en su anterior película el director y guionista británico reflexionó sobre su "caos moral", ahora lo hace sobre el "camino de la redención". Minghella se implica en cada una de las historias que lleva a la pantalla como si fuera "sordo y ciego". "Intento recrear lo que siento", afirmó ayer en Madrid durante la presentación de la película, que se estrenará el próximo día 20.

Cold Mountain cuenta una historia de amor y supervivencia durante la guerra de secesión norteamericana, en 1864. Pero hay algo más en la película protagonizada por Nicole Kidman, Jude Law y Renée Zellweger. Muestra también el "lado luminoso" de un hombre que sufre los cambios de un país sacudido por una guerra civil. Los aspecto bélicos no tienen más intención que explicar los horrores de las guerras.

VIVIR EL AMOR

Minghella hace del amor "la gran fuerza conductora" de la narración. "No trato una escena de amor, la vivo", explicó. El director se ha encontrado con que la escena del beso entre dos amantes incipientes ha despertado el interés de los espectadores y la crítica. "Yo no estaba rodando, era yo el que estaba experimentando", dijo. "Sentid como si os temblaran las piernas, es como yo lo siento", recomendó a los protagonistas durante el rodaje. Ese sentimiento lo aplica Minghella a todos los minutos de la película. Es una forma de trabajar que roza la obsesión y la perfección.

Las historias complicadas entre amantes ya fueron el eje de su mayor éxito, El paciente inglés , que consiguió nueve oscars . En la edición de este año de los premios de la Academia de Hollywood, la película de Minghella es candidata a siete. Ha quedado fuera Kidman, pero Law y Zellweger suenan como favoritos.

El director británico no hace ascos a los premios pero marca distancias, y rechaza el "carácter faustiano" (medir el trabajo por los premios) de los galardones. Si Jude Law no consigue la estatuilla de mejor actor principal, Minghella seguirá "encantado" con su trabajo. Lo "peor", afirmó en una conversación con los periodistas, es que la película se medirá en función de los premios que obtenga, no por sí misma, "que es lo importante". "Si pudiera elegir --insistió-- acabaría con las competiciones entre películas".

Cold Mountain es la adaptación de una obra homónima de Charles Frazier. Sidney Pollack compró los derechos y eligió al director británico para llevarla a la pantalla. Minghella no siente ningún temor sino más bien una "gran alegría" ante los best-sellers . Ya pasó por esta experiencia con El paciente inglés El talento de Mr. Ripley El paciente inglés