"En otros escenarios españoles, la guerra vino con sus calamidades, pero pasó o bien fue reduciendo la intensidad de su ominosa presencia, mas en Aragón permaneció activa de norte a sur desde el comienzo hasta muy poco antes de su final. Y sin embargo, el enorme sacrificio de esta región ha quedado patente de forma demasiado escasa y parcial en los manuales al uso".

El periodista y columnista de EL PERIODICO José Luis Trasobares observa esta laguna en su prólogo al libro Guerra Civil en Aragón , coordinado por Fernando Martínes de Baños, editado por Delsan y que en este otoño anuncia su aparición. Está ilustrado con fotografías de colecciones particulares y otras pertenecientes al periódico El Noticiero .

Guerra Civil en Aragón es una obra coral en la que han intervenido ocho autores, que en su mayoría son militares profesionales, en activo o en la reserva, vinculados a la Academia General Militar de Zaragoza y que han combinado su formación castrense con otros estudios universitarios.

Angel Aparicio, Luis Alfonso Alcarazo, José Juan Arilla y Francisco Escribano son mandos del Ejército y, al igual que Antonio Gascón, José Oña, Valentín Solano y Fernando Martínez de Baños, en sus investigaciones han intentado aproximarse a la Historia reciente de España con criterios descriptivos.

Su visión militar de los acontecimientos dotan a este libro de observaciones curiosas, como la de que "al principio de las luchas ambos bandos tremolaban la bandera tricolor en sus combates". Y sobre esta óptica decididamente descriptiva afrontan esta obra, como advierten en el texto introductorio.

Pero sobre todo, la invaden de un criterio técnico que ocupa otra laguna historiográfica: Como se observa en el prólogo, el papel de los militares como estamento profesional y evidente poder fáctico en la guerra civil no siempre ha sido analizado con claridad y ha incurrido en simplificaciones.

Desde julio del 36 Aragón quedó curiosamente partido en dos por una línea que de norte a sur recorría toda su geografía y dejaba del lado sublevado a las tres capitales. "Ese trazo se consolidó en una línea física donde se libró una guerra estática, al estilo de la primera guerra mundial, durante casi dos años".

En este escenario se desarrollaron los hechos bélicos de Siétamo, asedio de Huesca, Biescas, Gavín, Almudévar, Alcubierre, Belchite, el bombardeo de Albarracín a lo Guernica, el asedio y toma de Teruel hasta marzo del 38 que es cuando llegó la ofensiva generalizada del bando nacional, la batalla de Aragón, el combate desesperado en el que los nacionales lograron romper el frente y llegar al Mediterráneo.

Por este libro poliédrico desfilan todos estos y otros acontecimientos dotados de nombres propios. La portada ha tratado de conjugar sin acritud los tres colores que lucían las banderas de la guerra. Citando de nuevo el prólogo, sus páginas "proponen un viaje al pasado sin equipajes de odio".