El monasterio de la Concepción de la Virgen de Cambrón es un atractivo ejemplo de arte cisterciense de las Cinco Villas. Aunque, el paso de los años y la actuación de los agentes atmosféricos han hecho que este edifico, perteneciente a la familia Machín-Galván --hijos de José Machín de Sádaba--, sea actualmente una sombra de lo que fue en los tiempos de su fundación en el siglo XIII.

Los propietarios del inmueble llevan años luchando para que las instituciones se hagan cargo de este cenobio, que se cerró al culto tras la Desamortización de Mendizabal en 1845, pero hasta el momento "no hemos conseguido nada", apunta Javier Machín, uno de los seis propietarios. Por ello, la familia ha decidido ponerlo a la venta en internet (www.ejeadigital.com), para ver si "algún particular se hace cargo del mismo y lo recupera".

El precio de salida del monasterio es de 601.012 euros, 100 millones de las antiguas pesetas, una cifra "muy pensada y que creemos es justa puesto que el cenobio conserva elementos artísticos de gran importancia, como la iglesia, con una bella bóveda apuntada, las bodegas y algunas pinturas murales del siglo XVI", explica Machín. A estos elementos se suma la importancia histórica de esta construcción, dependiente del monasterio de Veruela, y que visitó el propio Hernando de Aragón en 1550 y 1565.

La decisión de los familiares de vender Cambrón se debe a que "nos encontramos sin ningún tipo de ayuda para poder ejecutar los trabajos de reparación del cenobio y, antes que ver como se deteriora, preferimos venderlo, puesto que tiene un gran valor sentimental para nosotros", apunta uno de los propietarios. La carga afectiva viene fundamentada porque la saga Machín-Galván vivió durante años en este espacio. "Mi abuelo lo compró junto a las tierras de cultivo que lo rodean y que todavía sigue explotando alguno de los miembros de mi familia", apostilla Machín. La venta responde, además, "a que queremos sacar algún tipo de beneficio económico, aunque, estamos abiertos a otro tipo de ofertas, pero siempre que consigamos alguna rentabilidad, ya que hemos invertido mucho dinero en él", dice.

La disposición de Cambrón es la habitual de los cenobios cistercienses, con sus dependencias principales distribuidas en torno a un claustro central, en cuyo lateral se eleva la iglesia, de nave única, cabecera semicircular y capillas laterales decoradas con escudos de yeso de Hernando de Aragón. A su mecenazgo se debe la edificación de la muralla de protección y las pinturas murales al fresco que decoran una de las salas. Una serie ejecutada por Jerónimo de Cosida en la que se representa a los abades abades de Veruela, desde el siglo XI hasta el 1560.

Estas pinturas fueron objeto de un robo en 1998, momento en el que la familia volvió a movilizarse para pedir otra vez ayuda a las instituciones "para evitar que acciones de este tipo volvieran a ocurrir. De momento lo hemos conseguido, aunque no sabemos por cuanto tiempo", concluye Machín.