Pelo Mono

‘Gibraltar’

Cuando Pelo Mono editó su primer disco, homónimo, se definió como «un mal trago instrumental y selvático». Un cóctel elaborado con estos ingredientes: una cucharada sopera de rock and roll, 100 mg de country, seis metros de rhythm and blues, un cubo de surf muy turbio y una variable fractal entre sci-fi y exótica. Y anotaba que al catar el brebaje la experiencia era similar a sentir al unísono el grito de Tarzán y los senfiel a ese «mal trago instrumental y selvático» que mencionaba al comienzo del texto. Se baña en las cálidas aguas mediterráneas con Frío verano; surfea Sin rumbo a la manera de Link Wray; entra en terrenos de resonancias ibéricas (como los mismísimos Los Relámpagos) con Malagueña; crea una especie de tropibilly con Mono rabioso, y se tiñe de añoranza sesentera de final vacasuales gemidos de Chita. Bien, pues aquí está de nuevo Pelo Mono o lo que es lo mismo: el dúo formado por Antonio García y Pedro de Dios, miembro de Guadalupe Plata. Vuelve con Gibraltar, y confieso que solo por su singular aproximación a Genossienne Nº 1, de EriK Satie, ya me atrapó el álbum.

Pero hay más, claro. Incluso contiene una pieza con texto, interpretada a modo de canzone italiana por Tito Ramírez, el rey del nuevo mambo: E como Roma. Pelo Mono sigue, con todas las variantes que necesita para sus objetivos pero manteniendo la esencia, cional con Oh Bob! Si en Guadalupe Plata Pedro de Dios indaga con aderezos en el primitivismo perturbador del blues primigenio y del rocanrol más temprano, en este proyecto con Antonio Pelomono García abandona las aguas pantanosas para salir a la superficie de las olas que brillan al sol en un mar de sensaciones. Cierto es que en ocasiones hay marejada, pero Gibraltar invita más a un dry martini que a un bourbon. Cantaba Víctor Manuel que los monos de Gibraltar se tapan los ojos para no mirar; ahora descubrimos que los abren para tomar vermú. ¡Que aproveche!

Fra Fra

‘Funeral Songs’

Llegas al mundo desnudo y te vas de él igual que viniste, nos dice Fra Fra, de Tamale, en Ghana, en Funeral Songs. Canciones de despedida, sí, a veces hechas como llamada respuesta, y una austera instrumentación con kologo, percusión y flauta de hojalata conforman este ritual procesional que ha sido registrado en vivo. Voces próximas a los patrones del blues (incluso gospel), poderosas, salmódicas, catárticas. Un conjuro al tiempo que la constatación de un tránsito ineludible.

Pantanito

‘María Lionza’

Pantanito es de Córdoba, pero habita en el barcelonés barrio de Gracia. Llaman a lo suyo neocalorrismo, lo que no deja de ser una etiqueta sospechosa. Pantanito escribe desde lo cotidiano («Se me olvió salir a comprar, pero tengo unas lentejas en el tuper congelás») y viste sus textos con bases rumberas, retazos de rock psicodélico, jazz, blues y soul. En el conjunto hay piezas que discurren fluidas y con brío, mientras que a otras les falta el pulso interno que engancha al escuchador.

Roland S.

Howard

‘Teenage Snuff Film’

De Roland S. Howard dijo Nick Cave que «el sonido su guitarra definió a toda una generación». Roland, que falleció en 2009, militó en The Birthday Party, This Inmortal Souls y Crime And The City Solutions. En 1999 registró Teenage Snuff Film, su primer disco en solitario, que ahora se reedita. Es una soberbia muestra de un creador intenso y emocional. Voz y guitarras crean una tensión que encoge los músculos y distiende el cerebro. Howard se movía en una brillante oscuridad.