La candidatura de George Bush en la próxima campaña electoral a la presidencia de EEUU tendrá que salvar un serio obstáculo: la película documental Fahrenheit 9/11 , de Michael Moore, presentada ayer en la sección competitiva del Festival de Cannes. El autor de Bowling for Columbine desenmascara al actual presidente norteamericano por varios flancos: las relaciones de su familia con la de Bin Laden, las falacias de una guerra caprichosa justificada con mentiras y la tardía respuesta de Bush el fatídico 11-S. También alabó la decisión de España de retirar las tropas de Irak y la postura contraria a la guerra de Alemania y Francia.

El filme, de casi dos horas de duración, empieza con la falsificación de un documento oficial del Ejército en el que se ha tachado el nombre de James R. Bath, un compañero de filas del entonces joven George Bush que hizo de intermediario entre la familia del presidente y la de Salem Bin Laden. Su cooperación desembocó en transacciones financieras de millones de dólares. De ahí, se dice, salían los fondos para sostener las deficitarias empresas de Bush.

La documentación aparece en pantalla. Directamente relacionado con esto se desvela otro hecho crucial. En los días siguientes al ataque de las Torres Gemelas, la Casa Blanca proporcionó un salvoconducto especial a todos los miembros de la familia Bin Laden que residían en EEUU para que abandonaran el país con destino a Arabia Saudita. Las autoridades de control aéreo, la policía y los servicios secretos tuvieron que acatar la orden. Un miembro del FBI asegura ante la cámara de Moore que lo indicado hubiera sido interrogar a estas personas.

El siguiente tema es el del comportamiento de Bush la mañana del 11-S, sentado en un colegio infantil de Florida mientras recibe la noticia del primer impacto de un avión en una de las torres. El presidente pone cara de circunstancias, casi como un niño más cogido en falta, y permanece sentado, hasta que le avisan del segundo impacto y le dicen que el país está sufriendo una agresión.