Nunca una disposición del gobierno tuvo resultados tan fértiles como la que provocó la llegada inesperada del inspector escolar Herminio Almendros Ibáñez a Huesca, en el curso 1931-1932. Mucho lo lamentaron en Lérida, donde Almendros estaba destinado desde 1928, y donde conoció, a través de Jesús Sanz Poch, profesor de la Escuela Normal de Maestros, el sistema de enseñanza ideado por Célestin Freinet en estrecha colaboración con su esposa Élise Lagier-Bruno. Almendros recordó aquellos momentos iniciales: «Mi amigo Sanz me informó, a grandes rasgos, del trabajo L’Imprimerie à l’École y me presentó un libro pequeño de Freinet, de traza humilde, que había adquirido: Plus de manuels scolaires. El humilde libro me causó honda impresión. Había en él una visión realista de la labor escolar en las escuelas públicas, una crítica clara y valiente de los procedimientos pedagógicos usuales. [...] Escribí inmediatamente a Freinet. Le pedía que nos informara de sus trabajos y nos dijera el modo cómo podríamos adquirir la imprenta escolar con la que ellos trabajaban. Ya había prevenido yo a dos maestros de pueblecitos próximos a la capital de provincia, con los que me reunía con frecuencia, José de Tapia y Patricio Redondo, que intentaban modificar en lo posible la manera de trabajar en las escuelas... No tardé en recibir un paquete. Freinet me anunciaba que nos ofrecía gustoso, para que nos sirviera de modelo, la prensa que ellos habían construido. [...] Una tarde de domingo nos reunimos en la escuela de Tapia, en Montolíu de Lérida. Algo más de una docena de alumnos nos esperaban. Instalamos improvisadamente el material. Los niños dijeron algo que el maestro escribió en la pizarra. Se dividió el pequeño grupo. Los niños se pusieron a componer las líneas, con las necesarias indicaciones nuestras».

Fue así como se introdujo la técnica Freinet en España, a fines de 1930 o comienzos de 1931, según anota Fernando Jiménez Mier y Terán en la introducción a la edición facsímil de El libro de los escolares de Plasencia del Monte (1936), editado por el Museo Pedagógico de Aragón, en 2007. Los resultados fueron tan excelentes, afirma Jiménez, que el maestro Tapia mandó construir dos prensas al carpintero y al poco comenzaron a llegar las primeras imprentas para escuelas de Lérida con las que se editaron los primeros cuadernos escolares en Montolíu de Lérida, Puigvert de Lérida, Corbins, Almacellas y Os de Balaguer. Desde Lérida y Huesca, con Almendros, el movimiento Freinet se extendió a Barcelona, Tarragona, Soria, Las Hurdes...

Convencido de la necesidad de transformar los métodos tradicionales de enseñanza para convertir la escuela en un lugar de pensamiento libre, donde el alumnado «piense haciendo y haga pensando», el maestro de escuela y pedagogo Célestin Freinet comenzó a desarrollar nuevas técnicas a partir de 1920 en la escuela de Bar-sur-Loup. En 1926 se casó con Élise Lagier-Bruno, maestra, pedagoga y artista, y cofundadora de la pedagogía Freinet. Aunque no está clara la autoría de muchas de las propuestas atribuidas en exclusiva a Célestin Freinet, se debe a Élise Lagier-Bruno la importancia concedida a la expresión plástica y a las experiencias naturistas. En 1928 se instalaron en Vence donde desarrollaron las técnicas más conocidas del movimiento Freinet, según tres principios básicos: libertad de expresión, cooperación y participación. La introducción de la imprenta escolar en el aula favoreció la escritura de textos libres sobre las experiencias de cada alumno, que serían leídos y comentados en clase, y después con la familia y vecinos; y la edición de revistas y libros de escolares que permitían el intercambio de experiencias con otras escuelas.

Todas estas ideas llegaron a Huesca con Herminio Almendros que no tardó en contagiar su entusiasmo a Ramón Acín, profesor de Dibujo de la Escuela de Magisterio de Huesca, y a Simeón Omella, maestro de Plasencia del Monte, quienes, a su vez, las difundieron por toda la provincia. El 3 de junio de 1932, pocos días antes de salir de Huesca, Almendros escribió un artículo revelador en El Diario de Huesca sobre la repercusión de las obras que Ramón Acín expuso en el Círculo Oscense: «Acín, por hoy, antinomia viviente: hombre del pueblo y artista impopular», concluyó. Tan importante fue la estancia de Almendros en Huesca que en el Libro de Inspección lamentaron la ausencia de quien tanto había hecho por la enseñanza primaria en la provincia.

Un cuaderno de niños de Montolíu de Lérida, según las investigaciones de Fernando Jiménez, incluye información de las imprentas escolares instaladas en escuelas de la provincia de Huesca, en 1933: Plasencia del Monte, con el maestro Simeón Omella; Barbastro, con José Bonet; y Castejón de Monegros, con Enrique Ezquerra Claver. Insisto en la lectura de El libro de los escolares de Plasencia del Monte. El 10 de abril de 1933 Ramón Acín viajó a Las Hurdes para el rodaje de Tierra sin pan de Luis Buñuel. El motivo de que se adelantase al resto del equipo se debe a su colaboración en la práctica de experiencias freinetianas con los maestros de tres pueblos hurdanos: Caminomorisco, La Huerta y Vega de Coria. El legado de Néstor Almendros, hijo de Herminio Almendros, conserva el nº 1 de los cuadernos que los niños titularon Vida hurdana, editado por la imprenta de la escuela de Vilafranca del Penedés (Barcelona). El 1 de junio de aquel año, el autobús procedente de Barcelona dejó en la escuela de Barbastro, a petición de su maestro José Bonet, una pequeña imprenta. Un día, escribieron los alumnos en la primera página de la revista Chicos, que «será célebre en la historia de nuestra escuela [...] Grandes eran nuestros deseos de ver nuestros pensamientos en caracteres impresos».

CONGRESO DE LA IMPRENTA ESCOLAR

Simeón Omella, maestro de Plasencia del Monte, acudió al Congreso de la Imprenta Escolar celebrado en Montpellier, en el verano de 1934. «Asistí al Congreso de Montpellier con la incertidumbre de que el hacer de nuestros niños sería de calidad inferior a la de otras naciones debido al corto periodo de tiempo que llevaban practicando, y vi con íntima satisfacción que los cuadernos de las escuelas españolas eran cosa seria y de difícil competencia». Los días 21 y 22 de julio de 1935, Huesca acogió el II Congreso de Técnica de la Imprenta en la Escuela, organizado por Omella y Almendros, con la colaboración de Acín. Omella fue uno de los maestros que mejor adoptó las nuevas técnicas pedagógicas, además de ser miembro de la Cooperativa Española de Técnica Freinet y amigo personal de Célestin Freinet. Destacó también por la calidad plástica de las ilustraciones que acompañaban a los textos. La libertad de creación y de pensamiento protagonistas de la nueva pedagogía. Lean, lean El libro de los escolares de Plasencia del Monte y Letra a letra, recuperados por el Museo Pedagógico de Aragón, a iniciativa de su director Víctor Juan Borroy.