Era uno de sus mejores años; pero tanta felicidad no duró. A mediados de este año, Dulce Chacón se encontraba fatigada y su madre decidió acompañarla a hacerse unas pruebas en el hospital. Después el desenlace ha sido rápido. Ayer murió, a las 11.15 de la noche, en su casa de Madrid a los 49 años a causa de un cáncer. Durante los meses precedentes, la escritora extremeña (Zafra, 1954) había conocido la gloria literaria y social. Había viajado a Irak antes de que comenzará la guerra y había conocido a mujeres que sufrieron la represión bajo el franquismo tal y como había reflejado en su novela La voz dormida .

Cuando las primeras señales de la enfermedad se le presentaron desapareció de la escena pública. Consciente de la gravedad de su padecimiento aún confiaba en durar algunos meses más. En los últimos días había trascendido su estado de salud, pero personas próximas a la familia comunicaron que ésta prefería que no se difundiera la noticia. La escritora será incinerada y su familia decidirá si la entierra en Madrid o traslada sus restos a Zafra, donde murió su padre Antonio Chacón, quien fue alcalde de la ciudad y figura clave en la vida de Dulce Chacón.

Fruto de su compromiso político y social se plasmó en su novela Cielos de barro , ambientada en Extremadura y, sobre todo, La voz dormida , una indagación personal en el mundo femenino que sufrió persecución y cárcel durante el franquismo. Para ello se entrevistó con mujeres que le contaron su experiencia y conoció posteriormente a otras tras darse a conocer la novela.