El pintor oscense Alberto Carrera Blecua falleció ayer en un accidente de tráfico tras chocar frontalmente el coche que conducía contra un camión, en la N-340, en el término municipal de Alcanar, en Tarragona, localidad en la que tenía una casa-estudio. El siniestro se produjo sobre la una y media de la madrugada. Dotaciones de los bomberos de la Generalitat, de los Mossos d’Escuadra y del Sistema de Emergencias Médicas acudieron al lugar de los hechos, pero nada pudieron hacer por su vida, informó Radio Huesca. El conductor del camión resultó ileso.

Alberto Carrera (Huesca, 1952). estaba considerado un exponente fundamental de la pintura aragonesa de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Estudió Bellas Artes en Barcelona. Al inicio de su carrera también se dedicó a la enseñanza en la Escuela de Artes Aplicadas de Huesca, que abandonó para dedicarse de lleno a la pintura, apostando por vivir de ella. Realizó su primera exposición en la Galería S’Art en 1978, y es recordado en Huesca por el montaje e instalación titulado El viaje, tanto en la estación de autobuses como en el centro de Huesca y en un gran local comercial, lo que supuso una auténtica revolución artística en la capital oscense, en 1988.

En Zaragoza, por su parte, la última exposición en la que participó fue El tiempo también pinta, en el Museo Goya de Ibercaja, en la que reinterpretarba Las Pinturas Negras del maestro de Fuendetodos a través de 57 obras. «Cuando me lo propusieron pensé que era un reto muy bonito pero luego, en cuanto me dí cuenta del lío, me bloqueé...», confesaba entonces el artista que reveló cómo encontró el camino para atreverse con la pintura goyescas: «Me hice su amigo a base de empezar a desacralizar su autorretrato, descomponiéndolo... es decir, desde él y contra él». Y es que esa era una de las claves de su trabajo. El de un pintor que buscó, indagó y experimentó, obteniendo resultados muy sorprendentes.

Carrera Blecua vivió en Estados Unidos, Francia e Italia y expuso también en numerosos países, incluído Senegal, donde mostró 29 obras en el proyecto La mirada del otro, en 2008. Así, se convirtió en el más internacional de la generación de pintores oscenses que surgieron de la Escuela de Arte Contemporáneo. Gracias a pintores como Carrera Blecua o Enrique Torrijos, que rompieron esquemas, la pintura contemporánea entró de manera clara en una sociedad oscense con conceptos de pintura mucho más conservadora, anclada en el paisajismo.

Carrera inauguró la Sala de Exposiciones de la Diputación Provincial de Huesca, y cuando se cumplían veinte años de ese espacio, en 2007, regresó con obras concebidas para la ocasión.

Hace algo más de quince años, compró una propiedad en la localidad tarraconense de Alcanar, donde ubicó su estudio, y donde había acabado pasando la mayor parte de su tiempo, cerca del Mediterráneo donde encontraba su inspiración.