El magnate discográfico Eddie Barclay, uno de los más prestigiosos productores de la historia de la música francesa, murió en la madrugada de ayer en París, a los 84 años. Barclay, descubridor de grandes nombres de la canción como Jacques Brel, Dalida, Leo Ferré y Charles Aznavour, falleció de un paro cardíaco en el hospital de Ambroise Paré, de París, en el que había sido ingresado hace dos semanas.

La actriz Brigitte Bardot expresó ayer su pesar por la "desaparición de uno de los últimos grandes señores del espectáculo", a través de un comunicado fechado en Saint Tropez, lugar donde también residía Barclay y donde organizaba sus legendarias fiestas. La cantante francesa Mireille Mathieu recordó cómo Barclay fue su primer productor discográfico. "Era también un gran músico de jazz. Vivía por esta pasión, siempre buscando nuevos talentos", contó la cantante.

El alcalde de París, Bertrand Delanoë, estimó que Francia entera está conmocionada. "El mundo de la canción ha perdido a un gran profesional. Era un hombre apasionado, comprometido con la libertad de creación y siempre respetuoso con la identidad de los artistas a los que producía", argumentó.

Nacido como Edouard Ruault, su verdadero nombre, el 26 de enero de 1921 en París, Barclay se inició en el mundo de la música como pianista de jazz, aunque fue en la producción donde llevó a cabo sus mayores logros, entre las décadas 60, 70 y 80. Amigo del guitarrista Django Reinhardt y del novelista Boris Vian, comenzó a crear sus propios discos en 1949, pero fue en 1955, a su vuelta de un viaje por EEUU, cuando decidió imponer en Francia los discos microsurco de vinilo, impulsando un fenómeno prácticamente desconocido en Europa. Fue el último representante de una época y una forma muy particular de producción discográfica, en la que no se trataba a los artistas como meros productos.

En 1979, afectado por un cáncer de garganta, el productor discográfico luchó a brazo partido contra la enfermedad. El año anterior había vendido su empresa al grupo Polygram. En los últimos años vivió recluido en un balneario. Gran anfitrión, amante de las fiestas ostentosas y de la buena mesa, también fue famoso por sus bellas mujeres: en total ocho matrimonios, seguidos de otros tantos divorcios. Una de sus esposas fue Dalida. De esa época quedan grandes canciones: Bambino, Gondolier, Come Prima, J´attendrais y Le jour ou la pluie viendra .