La novelista Fran§oise Sagan, que irrumpió en las letras francesas con la novela Buenos días, tristeza en 1954, cuando contaba sólo con 19 años, murió ayer en un hospital de la ciudad francesa de Honfleur.

La autora de 69 años llevaba mucho tiempo postrada por la enfermedad. Pese a ello, tomaba regularmente alcohol y drogas, pero como ella solía decir: "Reclamo el derecho a destruirme como quiera". En 1995 fue condenada a un año de prisión por consumo de cocaína y en el 2002 una acusación de fraude fiscal le valió la misma pena.

Nacida el 21 de junio de 1935 en Carjac, hija de un industrial, con el nombre de Fran§oise Quoirez, se dio a conocer con un seudónimo extraído de En busca del tiempo perdido , de Marcel Proust. Con él y una hábil mezcla de erotismo, amargura y ligereza de estilo logró imponerse desde su primera novela que relataba el despertar al amor de una adolescente. Toda la crítica francesa la saludó como un acontecimiento y Fran§ois Mauriac no dudó en llamarla "adorable monstruito".

"La gloria y la fama me libraron muy pronto de mis sueños de gloria y de fama", explicó años después. Pese a todo, su dedicación intensa a la vida nocturna y a los coches veloces no le impidió seguir escribiendo. Sus novelas diseccionaron los usos y costumbres de la sociedad burguesa: Una cierta sonrisa (1956), ¿Le gusta Brahms? (1959), La cama deshecha (1977). La mayor parte de sus novelas fueron puntualmente traducidas al castellano.

En el teatro tuvo sus éxitos con Chateau en Su¨de (1959) y La robe mauve de Valentine (1965), pero también sus fracasos con Les violons parfois (1961) o Il fait beau jour et nuit (1978). En 1984, la novelista publicó sus memorias Con mi mejor recuerdo . Posteriormente, Les faux-fuyants (1992), Y toda mi simpatía (1993), Un disgusto pasajero (1994) y en 1998, su última obra, Derri¨re l´épaule , en la que revisó su carrera literaria con una mirada crítica. También escribió guiones cinematográficos y sus novelas llegaron a Hollywood en adaptaciones dirigidas por Otto Preminger y Anatole Litvak.

El JUEGO Y LA VELOCIDAD

Fran§oise Sagan, que amaba la velocidad y el juego, tuvo en 1957 un grave accidente de tráfico y en 1985 padeció una complicación respiratoria durante un viaje a Colombia junto al presidente Fran§ois Mitterrand, con quien le unía una gran amistad.

La recta final de su vida tuvo tintes bastante oscuros. Los escándalos de los últimos años --que la vincularon a un tráfico de influencias-- la machacaron.

A finales de los años 90 confesó a los medios de comunicación que estaba arruinada y con la salud destrozada. "No me han dejado un euro para vivir y he recibido nueve veces la extremaunción". Pocos reconocieron en aquellas palabras a la chica dorada, protagonista de los años 50.