El pintor madrileño Luis Feito, el último superviviente junto a Rafael Canogar del influyente grupo artístico El Paso --que a finales de los años 50 abrió la puerta al arte abstracto en el triste y atrasado panorama español--, falleció el pasado sábado a los 91 años en su casa taller de Madrid. Con una saluda delicada desde hacía tiempo, solo este domingo se ha anunciado su muerte a consecuencia del covid.

La gran y necesaria renovación artística de Feito, se realizó junto a Juana Francés, Manolo Millares, Antonio Saura, Canogar y los escultores Martín Chirino y Pablo Serrano, quienes firmarían el famoso manifiesto para no dar un paso atrás frente a la anémica creación del momento y darlo hacia adelante hasta convertir la abstracción en un movimiento respetado y, en especial, comprendido frente al rechazo inicial. Con Feito, nacido en Madrid en 1929, según el director de la Real Academia de San Fernando y amigo, Tomás Marco se pierde a uno de los grandes artistas de la generación que introdujo en España el informalismo y la abstracción".

Inicios poscubistas

A partir de los años 60, el pintor llegó a una abstracción personal, desde unos inicios poscubistas, que se concreta en una pintura matérica no muy alejada de la obra de Tàpies y marcada por el automatismo en el gesto. En él la reflexión venía después del impulso creativo, circulando desde una paleta de blancos, negros y ocres (con la irrupción del colo rojo en los 70) hasta alcanzar una amplia gama cromática en sus últimos años.

Posiblemente por haber vivido hasta los años 90 en París, Montreal y Nueva York, no alcanzó en España la fama de otros artistas de su generación como Saura y Millares. Su nombre apareció tímidamente entre los grandes con la inauguración del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca en 1966, donde se expone parte de su obra, pero tendría que esperar hasta 1988 para que la retrospectiva organizada por el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC) marcara su "retorno profesional a España". El regreso fue también físico, tras cuatro décadas de trasterramiento, lo que supuso exponer regularmente desde entonces en el país.

La obra de Feito puede verse actualmente en las mejores galerías de todo el mundo y en grandes museos y fundaciones como la Guggenheim de Nueva York, el Museo de Ateneum de Helsinki, o la Galería de Arte Moderno de Roma.