Los enormes murales que Alejandro Cañada realizó en 1950 en la antigua terminal del Aeropuerto de Zaragoza llevan desde el 2008 durmiendo el sueño de los justos. Ya han pasado casi 13 años desde que el edificio quedó en desuso, 'encarcelando' unos lienzos que gritan por ser contemplados. Eso es precisamente lo que ansía la familia del pintor nacido en Oliete (Teruel); que todo el que lo desee pueda visitar y disfrutar de los murales, «los más grandes que hay en la ciudad», apunta su nieto, el también artista Carlos Carnicer. «Lo que nos encantaría es que se instalaran en el nuevo aeropuerto o en algún lugar donde se puedan ver, pero si eso es inviable al menos pedimos que se puedan visitar en su emplazamiento actual», señala Carnicer.

En su opinión, lo que «no es de recibo» es que unas obras de tal magnitud y calidad artística lleven más de una década «encerradas» (desde que se inauguró la nueva terminal con motivo de la Expo), y que toda una generación de jóvenes ni siquiera hayan podido ver los murales. «Habrá estudiantes de Bellas Artes de Zaragoza que no sepan ni que existen», lamenta. Todos los que en su día visitaron el antiguo aeropuerto recuerdan los lienzos de Cañada (Oliete, 1909-Zaragoza, 1999), que destacan nada más poner un pie en el edificio. «Nadie es profeta en su tierra. En cualquier otra ciudad se hubieran rescatado y se hubieran instalado en un lugar apropiado», asevera.

Cuando la terminal quedó en desuso, la familia de Cañada ya reclamó que los murales no se quedaran en el olvido. Las instituciones públicas aludieron entonces a lo costoso de su traslado. En efecto, el propio nieto del artista aragonés reconoce que la empresa sería complicada ya que es lienzo pegado a la pared. «Sabemos que sería caro porque habría que arrancar parte de la pared, aunque ahora las técnicas han avanzado mucho», apunta.

Según indica, los murales fueron restaurados hace «unos 20 años» por Mariángeles Cañada, hija del pintor y también artista. Por eso, y aunque teme los efectos del paso del tiempo, Carnicer asegura que están bien conservados. Lo sabe porque los vio con sus propios ojos hace solo unos meses, cuando acudieron a la antigua terminal para realizar unas fotografías para la exposición del Centro de Historias que estos últimos meses ha reivindicado la obra de Cañada.

La muestra, que comenzó el 3 de noviembre y finaliza este domingo, también ha permitido ensalzar la influencia que el turolense ejerció como docente sobre otros artistas. Y es que la academia que abrió en 1945 en Zaragoza ha sido cuna de pintores como Jorge Gay o Natalio Bayo.

«Estamos muy satisfechos y agradecidos, porque la exposición ha puesto en valor la obra de mi abuelo; ojalá ocurriera lo mismo con los murales del aeropuerto», insiste Carnicer, que recuerda que cada uno mide unos 50 metros.

Los temas elegidos para estas dos pinturas, que se sitúan en el vestíbulo de la terminal, fueron el descubrimiento de América en 'Símbolo del gran viaje u origen de la Hispanidad' y una alegoría de la aviación en 'Los elementos sometidos'. Tal y como explica la profesora de la Universidad de Zaragoza y conservadora María Luisa Grau, los bocetos y los murales realizados al óleo sobre lienzo, fueron expuestos en una exposición celebrada en la Lonja durante el mes de julio de 1950. Poco después tuvo lugar la instalación de la obra y la posterior inauguración de la terminal. «Lo que sí que exigimos es que si van a hacer obras o a demoler el edificio es que nos avisen antes», concluye.