Murillo de Gállego, de la mano de Alberto Castrillo-Ferrer (originario de la localidad, de lo que hace gala a menudo) y de Víctor López Carbajales (exgerente del Patronato de las Artes Escénicas de Zaragoza) está a punto de fructificar un proyecto largamente deseado, el de contar con un festival multidisciplinar, que en este 2020 en medio de una pandemia mundial puede ser una realidad. «Es una idea que llevábamos muchos años intentando -explica Castrillo-Ferrer- pero mi agenda siempre estaba repleta. Este año me lo había guardado para empujarlo definitivamente pero justo llegó la pandemia… Aunque parecía un hándicap, luego lo estuve reflexionando y he llegado a la conclusión de que es el mejor hacerlo para ayudar al municipio». asegura el actor y director. Y es que Murillo en una localidad que atrae habitualmente mucho turismo en época estival. «Este año, todo ha bajado mucho y queremos que el festival ayude al turismo y cree una oferta complementaria. Es el momento de lanzarlo porque seremos útiles».

Con respecto al festival, que se llamará Manhattan y cuyo lanzamiento definitivo depende de las ayudas que conceda el Gobierno de Aragón, está muy avanzada la línea de programación, tal y como afirma el propio Castrillo-Ferrer: «Comenzaremos con una programación que será la mayoría de kilómetro 0 con mucha presencia aragonesa aunque también habrá un guiño a Francia por esa cercanía transfronteriza. Habrá teatro, proyecciones de cine, música, oralidad, danza… La idea es que vaya creciendo en años posteriores”.

APOYO DE LOS EMPRESARIOS / Para su realización, la organización del festival cuenta con el apoyo de la Asociación de Empresarios Turísticos de Murillo de Gállego, la comarca y el propio ayuntamiento: «Ya no saben cómo apoyarme más, nos están ayudando mucho… Ahora la pelota está en el tejado del Gobierno de Aragón, estamos esperando a que salgan las ayudas y cuando nos las concedan, que esperemos que sí, nos pondremos a correr». A pesar de la premura de tiempo, Castrillo-Ferrer se muestra «optimista» con que finalmente se pueda realizar el festival. «Si nos aprueban la ayuda antes de que arranque la cita, que en principio es el 31 de julio, te aseguro que el festival se hará. Si no nos dan todo el presupuesto que necesitamos, pues nos adaptaremos y se hará lo que se pueda. Hay que tener en cuenta que para esta edición hay mucho trabajo de voluntariado o infrapagado pero los que estamos metidos asumimos este hecho. Este año tiene que ser así».

La programación, que todavía no se ha desvelado esperando a que llegue a buen puerto la cita, se desarrollará «siempre al aire libre y en lugares especiales. Queremos actuaciones exquisitas en parajes excepcionales. En torno a esa idea se desarrollará el festival», desvela Castrillo-Ferrer.

Otra de las claves de este festival es que nace «con vocación de continuidad, esperemos que vaya creciendo en años posteriores pero, ya digo, que si este año se hace, esto no hay ya quien lo pare y si no se hace, pues ya se hará el año que viene», apunta con rotundidad el ideólogo de esta iniciativa, que ha encontrado en Víctor López Carbajales su compañero de viaje en esta aventura: «Nos conocimos cuando él fue gerente del Patronato de las Artes Escénicas de Zaragoza. Vio mi trabajo y nos ofreció Cyrano y luego también estuve con alguna cosa más en el Principal. Después de eso, se forjó una amistad y también me he unido mucho a su causa porque me pareció muy injusto su despido. Y, bueno, a él le apetecía volver a la distribución y hemos unidos fuerzas».