De un viaje en coche. Así nació la exposición del francés Éric Josiel que hoy se inaugura en el Museo de Origami de Zaragoza. En un viaje a la capital aragonesa a la celebración de un encuentro internacional de papiroflectas cuando el EMOZ era solo un proyecto, Josiel llenó el coche de modelos de figuras de papel. El artista ya fallecido hace cinco años donó todos esos al grupo zaragozano de papiroflexia. Ahora, se pueden ver en la nueva exposición del centro, en la que los trabajos del francés ocupan las dos últimas salas. Así lo anunciaron ayer el director del EMOZ, Jorge Pardo; acompañado del director general de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Saúl Esclarín; y de uno de los hermanos del artista, Alain Joisel.

Eric Joisel "es el punto de inflexión para que la papiroflexia pase a considerarse un arte en ma usculas", explicó ayer Pardo, que no dudó en calificarlo como el Van Gogh o el Rodin (por su maestría en las esculturas) de la modalidad, cuya obra se ha visto reconocida más una vez fallecido que en vida. De hecho, recordó, como "mal vivía de la papiroflexia porque no vendía muchas piezas e incluso su propia familia no lo consideraba mucho". No era el caso de su hermano Alain, presente ayer y que hoy estará en la inauguración, que fue el que más apreció el trabajo de Eric: "Estoy muy agradecido de la exposición que se ha montado aquí en Zaragoza y de todo el cariño que muestra la ciudad". A su lado, una amiga del artista, Claudine, destacó que Josiel "aplicaba las técnicas del barro al papel porque odiaba las líneas rectas".

PAPEL DE UN METRO CUADRADO Las figuras de Eric Joisel están construidas, la mayoría, con un papel de un metro cuadrado. A partir de ahí, solamente con pliegues, sin ningún corte ni ruptura, ha creado, entre otras cosas, un Quijote (también hizo un Sancho Panza pero no le gustó el resultado y lo destruyó), un Gandalf o una banda de jazz española de once músicos con sus respectivos instrumentos. En la sala de al lado, se pueden contemplar los grandes modelos del francés, un rinoceronte de enormes dimensiones, entre otros muchos animales. ¿Cuánto tiempo le costaba a Eric Joisel hacer un modelo como estos de tamaña complejidad? "Siempre contestaba lo mismo --dijo Jorge Pardo. 35 años, que era lo que le había costado aprender a poder hacer modelos de esta dificultad". La exposición de Joisel se completa con la proyección de un vídeo del último taller que dio el francés, que fue precisamente en Zaragoza en agosto del 2010, dos meses antes de su fallecimiento.

El Museo de Origami, además, como hace cada tres meses, ha aprovechado para renovar parte de su contenido. Así, ha instalado un espectacular fondo marino, creado por Vincente Floderer, y perteneciente al grupo CRIMP. Se trata de un "viaje poético e irónico que recrea un habitáculo universal, entre lo real y lo imaginario, el interior y exterior, e invita a un viaje hacia la exploración de las infinitas posibilidades del arte y las ciencias".

Además, también se han incorporado a la exposición tres vestidos de Conchita Paesa así como varios trabajos del catalán Olivella. La primera sala del museo presenta una novedad, la proyección de un vídeo de cómo se hace el papel reciclado en Japón a través de todas las grullas de papel que llegan de todo el mundo como un gesto de solidaridad tras la tragedia nuclear. El centro zaragozano tiene previsto vender ese papel próximamente.

Esta nueva disposición del museo y la exposición de Joisel se podrá visitar hasta el 13 de diciembre de martes a sábado, de 10 a 14 y de 17 a 21 horas y domingos y festivos, de 10 a 14.30 horas. Las entradas cuestan 3 euros. "Es una exposición que no se pueden perder los que ya hayan estado en el museo ni los que quieran descubrir este mundo por primera vez. Joisel es el maestro de occidente de la papiroflexia", concluyó Jorge Pardo.