El Museo Origami de Zaragoza ultima la que será su exposición de otoño, "Entre el sueño y el papel", una retrospectiva de cinco años de trabajo del artista portugués Joâo Charrua en la que sobresalen los toques oníricos, oscuros e inquietantes.

La muestra permanecerá en la capital aragonesa entre el 13 de septiembre y el 8 de diciembre y, en ella, el papiroflecta, que comenzó su andadura profesional con el papel ocho años atrás con la intención de hacer una actividad junto a su hija, opta por la vertiente más escultórica del origami y explora diversos tipos de técnica, modalidades y temáticas.

Para Charrua, el origami es precisamente una herramienta para explorar ideas, ha apuntado en un vídeo enviado para la inauguración de la exposición.

Este joven, arquitecto de profesión y con interés por la ciencia ficción y la fantasía, relaciona surrealismo con expresionismo al representar sentimientos retraídos o criaturas que parecen surgir de las pesadillas, ha explicado el presidente de la Asociación Origami de Zaragoza, Luis Fernando Giménez.

No obstante, el propio artista insiste en una entrevista que con su origami no busca reflejar ningún aspecto que sea transversal a todos sus modelos, que representan cada uno "un estado de espíritu muy específico".

"Para mí el modelo cumple su propósito cuando despierta algún tipo de sentimiento y crea algún tipo de reacción emocional a quien está observando", añade.

Por otro lado, el responsable de la asociación ha dado cuenta de las últimas actividades desarrolladas, como las dos exposiciones enviadas a Oviedo y A Coruña o la participación en la Japan Weekend, que tendrá lugar el 21 y el 22 de septiembre en Madrid.

Asimismo, el Museo Origami de Zaragoza recibirá un reconocimiento por parte de la Embajada de Japón por su contribución a la promoción de la cultura nipona.

Esta distinción coincidirá precisamente con el 75 aniversario de la creación del Grupo Zaragozano de Papiroflexia, el más antiguo del mundo, cuyos miembros, en un contexto de posguerra, mantenían correspondencia con papiroflectas de todo el mundo y se reunían periódicamente en cafés.