La fauna salvaje se ha adueñado del Museo Origami de Zaragoza con la exposición 'Papel y agua, curvas y vida'. El artista francés Jonathan Rebouillat expondrá hasta el 6 de junio sus creaciones, auténticas esculturas en papel que trasladan al visitante a bosques, selvas y mares de todo el mundo. Gorilas, guepardos, flamencos, nutrias, tiburones, pájaros... La obra de Rebouillat se inspira en el mundo animal para crear figuras delicadas y sugerentes que abren una ventana a la imaginación. Y, de paso, el origamista francés invita a reflexionar sobre la relación de los hombres con el resto de seres vivos. «Esta pandemia nos está demostrando que no sabemos cohabitar con los animales salvajes», ha lamentado este jueves en la presentación en la Escuela Museo Origami de Zaragoza (EMOZ), en la segunda planta del Centro de Historias.

Con la nueva exposición, el EMOZ mantiene su compromiso de seguir ofreciendo contenidos de calidad pese a la pandemia y se ratifica como lo que es: el museo más importante del mundo dedicado al arte de la papiroflexia, por encima incluso de los ubicados en Japón o Corea. «No está siendo fácil porque debido a la crisis sanitaria las programaciones se nos han ido cayendo. Solemos tener todo planificado a dos años vista, pero ahora todo eso ha cambiado y estamos intentando conseguir exposiciones casi al día», ha reconocido el director del museo, Jorge Pardo, que ha apuntado que para este año estaban previstas muestras llegadas desde Japón o Estados Unidos.

Así, no es de extrañar que hayan agradecido al artista francés que haya venido a Zaragoza para presentar personalmente su exposición. 'Papel y agua, curvas y vida' se abre con la primera creación que Rebouillat realizó hace cinco años: un gorila. «Estaba doblando el papel, mirándolo entre mis dedos, y en un momento, fue el papel el que me estaba mirando a mí. El encuentro fue sensacional», ha explicado el origamista, que desde entonces no ha abandonado esta «pasión». En la primera de las tres salas de la muestra también puede verse un guepardo, la figura que más tiempo le costó conseguir: «Estuve una semana viendo documentales e intentando que tomara vida».

Antes de empezar a doblar papel, Rebouillat dedica horas y esfuerzo al proceso de documentación. «Paso mucho tiempo esperando animales en el bosque y cuando comienzo a hacer las figuras lo que me conmueve es traducir la emoción que sentí cuando veía al animal en la realidad; es como terminar un viaje desde la observación», ha explicado el francés, que para colocar algunas de las creaciones en la exposición ha traído piedras de los lugares donde vio los animales. Obviamente, no todos los que conforman la muestra los ha observado, aunque sí muchos de ellos. «Mi práctica del origami está íntimamente ligada a mi alegría por disfrutar de la naturaleza y su infinita poesía, es una manera de exprimir la emoción que tuve durante el encuentro, dando un homenaje a la belleza de la vida», ha abundado.

El origamista utiliza hojas de papel Arches de varios gramajes diferentes. «Cuanto más espeso es el papel, menos pliegues puedo hacer», ha indicado Rebouillat, que ha destacado que lo que busca sobre todo es «sugerir», por lo que huye de realizar muchos dobles. De hecho, uno de sus artistas preferidos es Giang Dinh, que apuesta por unos modelos muy minimalistas.

Muchas de sus esculturas en papel son en blanco y negro, donde, por ejemplo, el único pliegue oscuro se convierte en la nariz de un oso o un guepardo. «Disfruto mucho trabajando con este material. Cada animal se convierte en un nuevo desafío y tengo que encontrar nuevos trucos para hacer que las teclas negras y las teclas blancas, como en un piano, aparezcan en el lugar adecuado», ha comentado.

El EMOZ, que sigue cambiando sus exposiciones temporales cada tres meses, no ha dejado de afianzarse en los últimos años como el museo más importante del mundo para los amantes de la papiroflexia. Con más de 5.000 modelos en sus fondos, el centro cumplió su séptimo aniversario el pasado diciembre, un tiempo en el que ha logrado llevar y promocionar la capital aragonesa por medio mundo. Porque además de las exposiciones que acoge en Zaragoza, también programa otras fuera. «Hemos hecho tres en Francia, cinco en Galicia, tres en Madrid, dos en Asturias...nos hemos convertido en una referencia», ha reconocido Pardo.

Y es que aunque para algunos sigue siendo un desconocido, el EMOZ acumula más de 170.000 visitantes en estos siete años, siendo una de las visitas más recomendadas por Tripadvisor en toda la provincia de Zaragoza.