La primera exposición temporal del Museo Picasso, en 1971, duró solo una semana, tenía un formato pequeño y recogía las obras que el malagueño regaló a su amigo Manolo Hugué a lo largo de sus años de amistad y también las que, tras la muerte del artista catalán, donó a su viuda. En el 2002, el centro presentó París-Barcelona, 1888-1937, el "paradigma de las exposiciones", a juicio de Montse Torras, responsable de las muestras del museo. "Reunía más de 600 obras que abrazaban un periodo de gran cantidad de movimientos artísticos y reunió a todos los grandes artistas que marcaron la época", resume. Ahí estaban Miró, Dalí, Derain, Cézanne y Van Gogh, por citar algunos.

EVOLUCIÓN DEL CENTRO Son dos de las 79 exposiciones que a lo largo de sus 50 años de historia ha programado el museo y que ahora el centro recoge en la tercera y última exposición de las pensadas para celebrar el aniversario: El Museo Picasso, 50 años en Barcelona. Las exposiciones, hasta el 9 de marzo. Las dos muestras son, además, ejemplo de cómo ha evolucionado la presentación de las temporales en el centro y son un ejemplo de las líneas que ha seguido y sigue la pinacoteca a la hora de exhibir piezas ajenas. Algo que el Picasso no empezó a hacer sistemáticamente hasta los 80. Antes se celebraban cuando había oportunidad. Ahora son fruto de una programación y criterios que responden a las máximas del museo: potenciar su propia colección y dar a conocer la figura de Picasso.

Así, las exposiciones temporales recogen la obra del malagueño en todas sus vertientes y evidencian su entorno creativo, a la vez que ponen de manifiesto las relaciones personales y artísticas que el genio mantuvo a lo largo de su vida. El Museo Picasso, 50 años en Barcelona. Las exposiciones explica también las colaboraciones con otros centros.