La ampliación del Museo de Teruel espera recibir este año el impulso definitivo, ya que «en breves días» se sacará a licitación la segunda fase del proyecto, que con un coste de 839.577 euros, permitirá consolidar los taludes del perímetro del solar que existe entre el actual museo y la Casa del Marqués de Tosos, con la que se quiere aumentar la superficie.

Esta obra, además, es básica para continuar con la ejecución de todo el proyecto. La idea es que esta fase esté adjudicada en seis meses y mientras, en paralelo, redactar todas las modificaciones que requiere el proyecto y que han paralizado las obras desde 2017 para licitar ya el conjunto de los trabajos al completo, que podrían iniciarse «entre 2021 y 2022», dice esperanzado Jaime Vicente, y tendrían una duración de cuatro años.

El 2020, pues, se plantea como un año fundamental para un proyecto anhelado, que cuenta de momento para esta nueva fase y las modificaciones del proyecto con un fondo de financiación de 1.700.000 euros a cargo del Fondo de Inversiones de Teruel y que supondría al estar acabado contar con 3.854 metros cuadrados útiles, duplicando así el espacio del actual museo. La ampliación, como explica Jaime Vicente, es una necesidad, que obedece a unas claras necesidades, «por un lado, la falta de espacio de salas de exposiciones temporales; el nuevo espacio está pensado para exponer arte contemporáneo, por ejemplo esculturas u obras pictóricas de gran tamaño y otras instalaciones artísticas, algo que ahora no se puede hacer en el actual museo».

Además, continúa, «permitirá también ampliar las salas de la muestra permanente para acoger periodos postmedievales ya que en la actualidad el discurso museístico acaba en la Edad Media, pero no tenemos para mostrar el renacimiento, el barroco, por lo que con las nuevas dependencias podríamos extendernos hasta los siglos XIX y XX», explica. Además, el nuevo espacio contará con aulas para talleres didácticos, talleres y fondos documentales para consulta de los investigadores.

La ampliación del museo es un anhelo muy lejano, tanto que el director del centro, cuenta que «ya se llegó a plantear en 1983, incluso antes de que el museo se instalase en la actual sede de la Casa de la Comunidad». En aquel momento la idea era adquirir la casa del Marqués de la Cañada, ubicada en la misma plaza y que hoy se está transformando en un hotel, pero aquella iniciativa no llegó a buen puerto.

Fue ya en 2003 cuando la DPT tomó la decisión de abordar la ampliación mediante la adquisición del palacio del Marqués de Todos, casi contigua al museo actual y los edificios en estado de ruina que separan uno de otro edificio. En el 2005 se convocó el concurso de redacción del proyecto, que recayó en el arquitecto Luis Martínez Santamaría. Tras firmarse un convenio entre las instituciones en el que el Gobierno de Aragón asumía el coste, estimado en 8.698.000 euros, en 2011 se adjudicó una primera consignación de 1.700.000 euros. Pero la crisis hizo cambiar de opinión a la DGA, y los trabajos quedaron paralizados.

En 2015, la Diputación de Teruel asumió en solitario las obras de ampliación. La primera fase, que ya se ha realizado y concluyó en 2017, contó con un presupuesto de 1.100.000 euros y se centró en la consolidación de la fachada y la demolición de los elementos estructurales de riesgo, además de la construcción de la losa de cimentación.

La idea era continuar con los trabajos, pero volvieron a quedar paralizados por una serie de cuestiones, «como simplificar el proyecto para reducir costes, ya que hay que suprimir la planta sótano que se iba a disponer para almacenes y laboratorios», explica Jaime Vicente. Pero, además, se planteó una modificación de la normativa urbanística, pues como explica el director, «es un proyecto importante, de autor, y cuenta con elementos de construcción no habituales en el casco histórico, por lo que quiere permisos especiales».