El 2019 ha sido un gran año para el Museo de Teruel. Por un lado, ha batido su récord de público al registrar 43.485 visitas, lo que supone 2.377 más que el año que marcaba la referencia histórica, el 2008, en el que se celebró la Expo de Zaragoza. Además, fue elegido por el Museo del Prado para celebrar su bicentenario con el proyecto De gira por España, lo que permitió que el centro turolense pudiese disfrutar durante un mes de la obra de Tiziano Venus recreándose con el Amor y la Música, un hecho que en palabras del director del Museo de Teruel, Jaime Vicente Redón, «ha supuesto un espaldarazo a la profesionalidad de la institución».

Y por si eso fuese poco, el 2019 dejó todo listo para que «dentro de unos días» salga a licitación una nueva fase de la anhelada ampliación del centro con la anexión del contiguo edificio del Palacio del Marqués de Tosos y varios solares circundantes, un proyecto que camina muy lentamente pero que en este año puede y debe tomar el impulso definitivo.

El museo, dependiente de la Diputación Provincial de Teruel, pese a los tiempos de crisis que, como a todos los centros museísticos, le ha tocado vivir y todavía vive con continuas reducciones de sus presupuestos, no ha parado de crecer en los últimos años, y lo mejor es que tiene los cimientos puestos para seguir creciendo, como avalan los visitantes y los propios proyectos en los que está embarcado el centro. «A nivel de visitantes, las cifras han sido muy buenas sobre las precedentes ya muy buenas de por sí, pues llevamos varios años superando el número. Pero es que este año hemos rebasado el tope del 2008», cuenta Jaime Vicente, quien dice sentirse «muy contento», pero más que por los números en sí, «por el grado de satisfacción que muestran los visitantes».

Y es que, explica, «hacemos un seguimiento y unas encuestas, y la puntuación que nos dan los visitantes en las redes sociales es mayoritariamente la máxima, y después, la segunda mejor. Eso nos enorgullece porque es síntoma de que el museo se utiliza como debe ser utilizado, para dar a conocer el territorio y su patrimonio», señala el director, quien pone como ejemplo que está constatado que «mucha gente que viene al museo, después va a conocer los castillos, los pueblos y las pinturas rupestres, por lo que se demuestra que el museo fomenta ese interés hacia la provincia, que es su objetivo».

Más de 8.000 de los visitantes del Museo de Teruel en 2019 los sumó la exposición del cuadro de Tiziano Venus recreándose en el Amor y la Música, que fue cedido por el Prado con motivo de la celebración de su bicentenario. Un hecho que Jaime Vicente también valora en su justa medida. «Es verdad que el cuadro de Tiziano y la exposición de artistas turolenses que la completó tuvo una gran acogida, pero también hubo el pasado año y el anterior otras muestras temporales, como las de juguetes tradicionales o la de la guerra civil en Teruel que atrajeron mucho público». Así, para el director, lo realmente importante fue la apuesta del Prado por el Museo de Teruel, «pues la gente reflexionó; si el Prado puede traer un Tiziano a Teruel eso es que el museo ofrece garantías. Fue un espaldarazo de prestigio y un respaldo a la profesionalidad de la institución», señala.

Un trabajo, el del museo y sus profesionales, cuyas líneas de trabajo superan el límite de lo que pueda exponerse en las instalaciones centrales, en la antigua Casa de la Comuidad, pues su ámbito de actuación abarca toda la provincia de Teruel y gira en torno a tres ejes temáticos: la etnografía, la arqueología y el arte contemporáneo. «Estos tres ejes nos permiten abordar el trabajo desde distintos puntos de vista. Por un lado está la investigación, fundamentalmente en el campo de la arqueología, en el que tenemos tres proyectos activos, el poblado ibérico de San Pedro en Oliete; el proceso de romanización con el acueducto Albarracín-Cella, la villa romana de Urrea y la ciudad de época republicana de La Caridad, en Caminreal y en tercer lugar el proceso de asentamiento andalusí en el sur de Aragón», cuenta el director, quien explica que en base a esos ámbitos no solo se excava, sino que se investiga, se trabaja en la conservación de los hallazgos en tanto in situ como en los laboratorios del museo y se editan publicaciones para su difusión.

Así, el museo también distribuye sus fondos a partir de estos ámbitos. En las antiguas caballerizas de la Casa de la Comunidad se ubica la sección de etnografía, con un discurso totalmente renovado desde 2013, y en el que se recogen los aspectos de la vida cotidiana de Teruel, como la vivienda, la alimentación, la explotación de recursos económicos o la religiosidad contraponiendo piezas de distintas épocas con uso similar desde la prehistoria a los siglos XIX y XX.

De igual manera, las colecciones de arqueología establecen un recorrido cronológico, comprendido entre la Prehistoria y la Edad Media, que muestra las diversas manifestaciones de las culturas que se han sucedido en la provincia a lo largo del tiempo con piezas tan significativas como los restos de una catapulta romana del siglo II a. C.; el Kalathos ibérico de Alcorisa, datado entre los siglos II - I a. C.; un brasero de época imperial, del siglo I. o la camtimplora de plata de época islámica, siglo XI, ahora cedida a una exposición en Madrid.

Pero además de lo que puede verse, el museo guarda otro gran tesoro, quizá más escondido, el tercer ámbito, el arte contemporáneo. «Hace ya 30 años nos planteamos que había que ofrecer a la gente propuestas creativas de autores contemporáneos. Se desarrollaron varias líneas, con el estudio y difusión de las vanguardias, y no solo el surrealismo, que ocupó varios años de la década de los 90, sino en general de los autores españoles del siglo XX», cuenta Jaime Vicente. Hubo también otras líneas dedicadas al fomento de la creación práctica, con las Becas Endesa u otras becas que se crearon para artistas de Teruel, además de la adquisición de obras de otros autores. Todo ello creó un fondo importante tanto de obras plásticas como documental para la biblioteca del centro, por cierto, de uso público. Las obras están custodiadas en los nuevos almacenes que se hicieron hace unos años. «La idea es que la ampliación permita realizar exposiciones con esos fondos contemporáneos y sacarlos a la luz. Es una de las demandas que hay que satisfacer», concluye Jaime Vicente. En definitiva, hay que seguir creciendo.