-¿Cómo afronta la vuelta a los escenarios?

-Es una sensación contradictoria, está muy bien hacer nuevas actuaciones y espectáculos pero con las medidas de seguridad, las mascarillas... es un poco extraño. A Beatriz y a mí nos hace especial ilusión, porque es de las primeras veces que nos programan en este festival. Es un sitio histórico.

-Estrena como escenario el patio interior del Museo de Zaragoza, toda una responsabilidad.

-Tuve la suerte de realizar una conferencia ilustrada de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, de la cual soy miembro, un acto intimo y bonito, pero fue en el salón de actos. Siempre he sido un enamorado de los rincones que tiene nuestra Zaragoza y me parece un sitio emblemático para poder actuar con un recital de una jota cuidada, actualizada y llena de cariño.

-Su propuesta para el festival es ‘Jotas y variantes’, ¿qué va a poder ver el público?

-Un compendio de nuestra trayectoria musical desde 2005 hasta ahora, jotas clásicas con una amalgama musical actualizada y una puesta a punto con el Maestro Gambino, que nos dirige desde entonces. Hay un canto asturiano, una jota porteña, de todos aquellos aragoneses que emigraron en su día a Argentina.

¿Cómo ha vivido el mundo de la jota esta pandemia?

-Hay mucha gente dedicada a la docencia y se han cancelado las clases. Luego los grupos joteros que hacían su trimestre más fuerte en verano han tenido las cancelaciones de fiestas y rondas.

-La jota es su especialidad, pero no se limita a ella.

-He hecho mis pinitos en la lírica, siempre con mucho respeto. Dentro de los cantos populares he hecho algún guiño con música asturiana, flamenco, boleros y tangos.

-¿Algún proyecto que vaya a ver la luz?

- A Beatriz como a mí nos habría gustado hacer algo por el 25 aniversario de nuestra carrera musical , pero está en el aire.