Con la intención de escribir sobre la solidaridad y la tolerancia, no solo con los demás sino también "con uno mismo", el escritor Daniel Vilalta (Monzón, Huesca) ha recordado el acogimiento de los llamados "niños de Chernóbil" durante los veranos en España para crear una novela de aventuras de literatura juvenil.

"Anatoly y la ruta de los espíritus errantes" , editada por Milleniars, es el título de esta nueva novela de Vilalta, en la que la trama protagonizada por uno de los niños de Chernóbil y su familia de acogida en España sirve además para dar a conocer diversos lugares de su provincia natal a modo de ruta literaria, según ha indicado en una entrevista con Efe.

El autor considera que su novela no está destinada solo a jóvenes sino que es para todas las edades, una obra que tiene una segunda parte que ya está escrita y cuya continuación dependerá, dice, de la acogida de los lectores.

El protagonista de la historia es Anatoly, que llega a España para pasar su segundo verano de acogida y se encuentra con que ese año no habrá viaje a la playa porque el padre de la familia española se ha quedado sin trabajo.

Pero Antonio, el abuelo, ha planeado para Anatoly y sus nietos Ariel y Gabriela un plan alternativo, una ruta "de los espíritus errantes" que les llevará, a bordo de su viejo taxi, por rincones mágicos de la provincia de Huesca donde habitan toda clase de seres sobrenaturales.

Vilalta ha recuperado para esta ruta leyendas fantásticas tradicionales de su tierra que investigó para incorporarlas a la trama de aventuras.

Asegura que eligió a uno de los niños de Chernóbil porque, explica, en la actualidad perdemos frecuentemente "la memoria" de terribles sucesos que ocurren cuando son sustituidos por otras realidades terribles.

Hace más 30 años que ocurrió el accidente nuclear de Chernóbil pero todavía se mantienen las consecuencias que provocó en las personas, ha indicado el autor.

"Anatoly está enfermo y es huérfano. Se ha criado en las calles y sabe lo que es el hambre", señala Vilalta, que quería contrastar su soledad con el "bullicio" de una familia como la que le acoge en España.