Con buen aspecto y mejor humor (pese a que algún medio le dio poco menos que por muerto), y con muchas ganas de volver a los escenarios, Pau Donés presentó ayer el libro y el disco con los que conmemora un doble aniversario: sus 50 años de vida y los 20 de su grupo, Jarabe de Palo. Y lo ha hecho en el Teatro del Liceo de Barcelona, donde debutará el próximo 20 de mayo en el marco del Festival Mil.lenni, una de las fechas más anheladas en su regreso a la rutina de los conciertos.

«No me estoy muriendo. Simplemente tengo cáncer», subrayó Donés. Hace tres días, él mismo colgó un vídeo donde aparecía cantando para dejar en evidencia al medio que lo había finiquitado. «De mí han dicho que era gay, que tenía el sida, que era yonki y, lo último, que estaba muerto. Ese día precisamente yo estaba en el concierto de Level 42», puntualizó con divertida resignación.

AMOR, TRISTEZA, ÉXITO...

«El disco recoge la esencia de Jarabe de Palo y, como el libro, muestra lo que han dado creativamente estos dos últimos años», dice, aludiendo a un periodo marcado por una lucha contra el cáncer que le ha llevado a reflexionar sobre su vida. Muchas de esas ideas aparecen en los 50 capítulos breves de 50 palos… y sigo soñando (Planeta), un libro autobiográfico. «Para alguien disléxico como yo, escribirlo no ha sido fácil», admitió. En él hay un poco de todo: «Habla de amor, tristeza, éxito, fracaso, sexo, de la mujer y del hombre».

50 Palos solo incluye una composición nueva, Humo. «Una canción durilla», como el propio autor confiesa. «Salió como un tiro, como me pasó con La flaca». Es una canción de amor, solo que en esta ocasión, apunta, «mi amada era la vida, una vida que se me iba». El tema abre una colección que reúne algunas de las piezas más significativas de su carrera en versiones algo diferentes; «más serias», precisa el cantante, que las ha arreglado con vientos, piano, un set de percusión y metales. En la gira, sin embargo, presentará esos 21 oldies con formato de piano, percusión, violonchelo y contrabajo, con él al frente, a la voz y la guitarra.

La serie de conciertos se abrirá el 18 de marzo en México DF, en el Fetival Vive Latino. En mayo recorrerá España (llegará al Teatro de las Esquinas de Zaragoza el 13 de mayo) y en junio, la costa este de EEUU, para volver a España (con un salto a Italia) en julio y agosto, en esta ocasión con una banda eléctrica. En septiembre cruzará de nuevo el Atlántico para tocar en Latinoamérica antes de acabar el año en salas de la costa oeste de EEUU. Será una gira distinta, donde deberá cuidarse y compaginar los conciertos con las consultas y el tratamiento médico.

«Mi hermano Marc estaba asustado. ‘¿Es que no aprendes? Tienes que parar’, me dijo. Pero ir de gira es estupendo, casi como ir de vacaciones: voy en avión, estoy en magníficos hoteles y canto, que es lo que más me gusta en esta vida. Lo que no podré es salir de noche después», dice. Cuidarse forma parte de la lucha contra el «cangrejo», como él ha bautizado la enfermedad con la que convive. «Mi vida y mis sueños son el presente. No quiero perder el tiempo», concluye.