"Yo no soy el padre del teatro en Aragón. Lo he querido mucho, le he dedicado mi vida pero yo no soy el padre de nada", un calificativo que él otorga a "Jaime de Huete". Así lo afirmó ayer el escenógrafo, director, actor, historiador, autor teatral y pintor Mariano Cariñena, durante la presentación del libro Conversaciones con... , escrito por el periodista Antón Castro, en el que se pretende recuperar la memoria de este polifacético artista.

El acto, que tuvo lugar en el Teatro Principal, estuvo presidido por Eva Almunia, consejera de Cultura de la DGA; Francisco Ortega, director del Centro Dramático de Aragón --impulsor del texto--, y en él estuvieron presentes decenas de personas vinculadas al teatro. La presentación sirvió también para celebrar el Día Mundial de la escena, con la lectura de un texto de la dramaturga egipcia Fathia El Assal, leído por María José Moreno.

Mariano Cariñena es el responsable de más de 60 montajes, y se jubiló el año pasado de su labor como director de la Escuela Municipal de Teatro. "Es agradable ver cómo la gente te quiere", aseguró el autor, que en el último año se ha dedicado a "investigar, hablar, corregir" estas conversaciones con Antón Castro, que "me tenían muy obsesionado".

El libro sirve para inaugurar la serie Trayectorias , una colección de publicaciones que ahondará en la historia del teatro aragonés, a través de la vida de figuras de la escena.

Para Mariano Cariñena recordar "ha resultado una experiencia nueva y agradable", sobre todo la vuelta "a la infancia. Ha sido muy grato recordar a mi padre, una persona muy inteligente y trabajadora por la que siento gran veneración".

Por su parte, Antón Castro explicó que en el libro sobre Cariñena, al que definió como "el hombre total del Teatro en Aragón", ha intentado "la construcción de un personaje, como si yo fuera el autor teatral". Por eso, a lo largo de más de 200 páginas se conversa de la infancia de Cariñena en la Zaragoza de los años 40, de su trabajo como pintor, de sus inicios en el Teatro Estable o el Teatro de Cámara, de escenografía, de la tarea de actor, de la faceta del traductor o de su pasión por los clásicos o por la reivindicación de figuras como la de Arrabal.