Al director Dani de la Orden se le da bien la comedia y piensa que reír es lo más sano del mundo. Ese mantra lo aplica a todo lo que hace, ya sea a la primera serie española de la todopoderosa Netflix que acaba de terminar de rodar, Élite, o a su cuarta película tras la cámara, El mejor verano de mi vida, un remake del superéxito italiano Sole a catinelle con Checco Zalone, que aquí es sustituido por Leo Harlem como sufrido padre de un niño al que intenta como puede hacer la vida más fácil a pesar de estar en la cuerda floja en su trabajo y en su matrimonio.

-¿Qué es lo que más le interesó de la películ en la que se basa?

-En realidad, la vi tan solo una vez y enseguida me di cuenta de lo que me gustaba e intenté adaptarlo a mis intereses. Respetamos la premisa y algunos chistes que funcionaban muy bien, pero no considero esta película como un remake al uso. La palabra remake implica una reflexión sobre el material de partida y el nuevo, y aquí tan solo tomamos la idea previa compra de derechos.

-Supongo que sí hubo una adaptación a la idiosincrasia española.

-Al final, el protagonista es el típico cuñao que es torpe, habla cuando no toca, tiene opiniones para todo y no para de meter la pata. Me interesaba analizar algunas cosas con las que creo que nos hemos pasado de frenada. Que si el gluten, el yoga, las terapias alternativas, el mindfulness o la acupuntura. A veces creo que nos aferramos a cierto tipo de cosas como si fueran a resolver todos nuestros problemas. Y nos lo tomamos tan en serio que hemos perdido el sentido del humor para reírnos de todo eso.

-La crisis económica, ¿sigue siendo el centro de nuestras desdichas?

-Para mí funciona como un contexto, porque además la comedia se nutre de la actualidad. No es una película sobre la crisis como la habría hecho Stephen Frears por ejemplo. Lo que sí he intentado ha sido reflexionar sobre cómo hemos perdido calidad de vida para escatimar gastos. Somos capaces de pasarnos dos días mirando páginas webs para ahorrarnos una miseria en un vuelo sin pensar en que el tiempo que invertimos en buscar en internet también vale su dinero.

-¿Tiene algún tipo de referencia dentro de la comedia italiana o española?

-Me gustaba la comedia familiar cuando era pequeño, y ahora me interesa la capacidad que tiene para conectar a varias generaciones. En realidad, tengo preferencias más gamberras, como Edgar Wright y Resacón en Las Vegas, que tienen un punto millennial y autoconsciente en torno al humor y la parodia.

-El protagonista es un pobre hombre al que todo le sale mal, pero se enfrenta a ello con humor.

-No se pierde nada siendo positivo, porque si te tienes que dar una hostia, te la vas a dar igual. Me gustaba que este personaje siguiera hacia delante sin dramas. Hay una escena en la que el personaje que interpreta Toni Acosta dice que se enamoró de su marido porque le hacía reír. Y su hijo le contesta: «¿Solo?». Y ella le responde: «Algún día te darás cuenta de que es lo único importante». Por eso hice esta película. Creo que a la gente divertida no se la valora lo suficiente.