Si uno hubiera ido al Nola Gras buscando comida cajún o de Nueva Orleans, probablemente hubiera salido decepcionado. Afortunadamente para el comensal, para cualquier comensal que quiera disfrutar en la mesa, se trata de otra cosa. Como escribe Alejandro Viñal, cocinero responsable del local, «Nola es fusión de culturas: criollos, afroamericanos, caribeños, latinoamericanos, chinos, europeos; fusión de tradición y modernidad; una tierra preñada de ritmo, sabores y olores».

Y de eso va el asunto. Creatividad, fusión de culturas, buena cocina y un servicio que destaca por su interés y atención. Acaba de estrenar su nueva carta en la que incorpora un logrado Buey de mar al chili crab -Plato típico de Singapur con el buey de mar, salsa semiespesa de chili crab, huevo y mejillón−, que como otras dos especialidades hay que pedir el día anterior: el Bonito estacional, mejor tapa de Zaragoza y provincia en 2018, y el Carbón de chuletón, que juega al trampantojo, con una poderosa presencia del quinto sabor, el umami.

A BASE DE PLATILLOS

No hay menú, ya que la oferta se configura a partir de determinados platillos, para compartir o degustar individualmente. Entre los primeros, bocados de autor, diferentes propuestas premiadas, como la Ensaladilla de cuento o Amazonas, pero también un logrado Terciopelo de panceta o el Brioche de steak tartar, clásicos ya de la casa.

Respecto a los platos para compartir -varios también aparecen en el listado anterior, pero en menor cantidad−, resulta original la forma en que sugieren disfrutar de su Flor de lechuga viva, entreverada con una poderosa y sabrosa salsa; o el denominado Perú-Andalucía, donde conjuga un buen ceviche con la fritura de bacalao.

Finalmente, Original Burger o Perrito italoamericano, en el apartado Street Food, para quienes deseen algo más clásico, aunque sin perder personalidad.

Obviamente, unos platos resultan más redondos que otros, pero en todos ellos se aprecia voluntad de salirse de caminos trillados, buscar nuevos sabores -poderosos, pero adaptados al gusto medio− y jugar con esa mezcla de tendencias y culturas gastronómicas. Y siempre con un exquisito cuidado a la hora de las presentaciones, lo que también se manifiesta en la vajilla, el servicio de las mesas y la propia decoración del local, que dispone de un tranquilo reservado.

POSTRES, VINOS Y GIN-TONICS

En el apartado dulce, un postre que jamás podrá desaparecer de la oferta: la Tarta de queso, cremosa, distinta, con el justo leve punto de dulzor, sin duda una de las más interesantes de la ciudad. El chocolate y la manzana en texturas completan la guinda de la degustación.

La carta de vinos, corta, pero elegida, resulta suficiente para acompañar la comida, con especial relevencia para blancos y espumosos, quizá la mejor opción para a mayoría de propuestas de Viñal.

Para finalizar, y atendiendo a la afición por los gin-tonics que no decae en la ciudadanía, Nola Gras dispone de una amplia gama de estos combinados, incluido uno picante.

Por fin una propuesta diferente, que trata de salirse de los habituales y aburridos caminos habituales de la gastronomía zaragozana. Sin excesos, comedido, Alejandro Viñal trabaja para complacer a los aficionados a la buena mesa capaces de experimentar platos no tan manidos como los que conforman la mayoría de las cartas locales. Y parece que ha encontrado su público. Adelante.

NOLA GRAS

Francisco Vitoria, 28-30. Zaragoza. 682 830 550. www.nolagras.es. hola@nolagras.es. Horario: de 13 a 16.30 horas y de 20 a 23.30 horas | Cierra domingo noche. Admite reservas. Admite tarjetas, salvo American Exprés. No dispone de menú del día. Precio medio carta: sobre 22,50 euros. Dispone de un comedor privado. 18-20 personas. Buen acceso discapacitados.