Varios centenares de coleccionistas de cualquier tipo de objeto que tiene algo a ver con la compañía Disney se reunieron el sábado en un hotel ubicado a apenas tres kilómetros de Disneylandia, en California. Una especie de convención anual. Un encuentro pensado para compartir entre feligreses la pasión por una cultura inventada por Roy O. Disney que es tan americana como la misma bandera de barras y estrellas. La diferencia era que este año la convención tenía un carácter beligerante que lideró Roy E. Disney, hijo del cofundador.

Roy, de 72 años y fuera de la compañía desde el pasado mes de noviembre, se ha enzarzado en una cruzada que persigue echar del sillón presidencial a Michael Eisner. Y con este firme propósito se plantó ante los fans de la empresa de entretenimiento, que le aplaudieron a rabiar. Su mensaje es que los dirigentes han socavado el proverbial espíritu creativo de la corporación y han provocado una pérdida de los valores tradicionales de Disney, coronada con el cierre de la división de animación tradicional de Orlando.

"Una de las razones por las que me marché, al margen de que quisieran despedirme, fue porque vi como perdíamos toda creatividad", dijo Roy E. Disney, quien fue invitado a abandonar la compañía al establecerse una normativa interna que imponía la jubilación obligatoria a partir de los 72 años, por lo que él tuvo que desvincularse de la empresa.

CARGA EMOTIVA

Disney efectuó una discurso con carga emotiva. "Disney apoya la calidad, apoya las familias, apoya que haga que valga la pena gastarse el dinero. Y apoya también la innovación y las ideas creativas, de manera que cada vez que uno visita un parque o mira una de nuestras películas se divierta y se lo pase realmente bien".

El hijo del gran creador del imperio Disney ha llegado su campaña anti-Eisner hasta el extremo de crear una web específica para tal misión (www.savedisney.com). El hombre no desfallece. "A veces, lo reconozco, me frustro por como van las cosas. Y sé que puede que tarde un tiempo. Pero tenemos que encontrar la manera de mantener el balón en el aire y presionar a esta gente".

Una gente, demonizada en el nombre de Eisner, a la que él y los fans de Disney más fundamentalistas acusan de prestar más atención a los beneficios a corto plazo que en salvaguardar el prestigio y la tradición de la compañía.

"Las buenas ideas, la creatividad, han sido siempre la base de Disney. Y ahora están fracasando", manifestó el hijo del cofundador. Aunque Eisner nunca se ha pronunciado en público sobre la misión del hijo del fundador, el consejo directivo sí ha rechazado todas las acusaciones formuladas. Son los feos negocios de los adultos.