Exceptuando el momento de llegada de los actores al hotel de Ayerbe, tanto esta localidad como la más cercana al rodaje, Loarre, han vuelto a la normalidad. Tras unos días de ajetreo y de apariciones esporádicas de Bloom montando a caballo o de Scott comiendo en el merendero de Loarre, desde el día 5 y conforme avanza el rodaje, las poblaciones están tranquilas. ´Aquí ya no hay nadie´, afirmaba ayer el camarero del cámping de Loarre. ´Desde que instalaron el cátering ya no bajan´. Y en los pueblos, lo mismo: ´Esto es una balsa de aceite´ apuntó un hombre de Ayerbe.