Con un ojo (o incluso los dos) puestos en el cielo (las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas), la Feria del libro de Zaragoza celebra hoy su última jornada que concluirá con una nueva suelta de los versos al viento que los niños hayan escrito en los cuatro talleres de escritura que se desarrollarán en dos sesiones de mañana (12.00 y 13.00 horas) y en otras dos sesiones de tarde (18.30h y 19.30 horas). Será un bonito broche final a una cita en la que cuando se cierra habrá contado con más de 300 firmas y con actividades y presentaciones para todos los gustos.

SEGUNDO AÑO CONSECUTIVO

En esta última jornada, la feria ha vuelto a apostar, por segundo año, por la celebración del Día del cómic en el que, además de las firmas que se puedan consultar en esta misma página (prácticamente todos los autores aragoneses estarán presentes hoy en la feria en una u otra caseta), habrá una serie de actos que se desarrollarán en El jardín de los editores. Allí, a las 12.30 horas, habrá una presentación de los cómics Dr Uriel, de Sento y Elena Uriel y Una posibilidad, de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, a cargo de Ricardo Engra y Óscar Senar. A las 18 horas, la editorial Taula presentará sus novedades antes de que lo haga GP Ediciones desde las 18.30 horas. Como no podía ser de otra manera, este Día del cómic se completará con un taller impartido por Marta Martínez y Josema Carrasco desde las 18.30 horas con la realización de un cadáver exquisito.

Además, en la caseta de la información de la feria, de 11 a 14 horas, se pondrán a disposición del público y coleccionistas sendos sellos emitidos por Correos en homenaje al poeta y profesor Ildefonso-Manuel Gil. Algo que se completará con la instalación de una estafeta de Correos en la que los ciudadanos podrán depositar sus cartas para que sean mataselladas con el cuño dedicado al escritor.

Para los más pequeños, el Tragachicos volverá a estar instalado durante todo el día frente a la Delegación del Gobierno. Todo con el objetivo, uno de los principales de la feria de este año, de convertir la cita en un polo de atracción para todos los públicos que vean una opción de ocio recorrer la plaza del Pilar durante estos cinco días, cinco menos de los que solía constar la Feria del libro de Zaragoza en anteriores ediciones con la plaza Aragón como epicentro.