Como la mañana de ayer no estaba para espectáculos al aire libre, (dado el intenso frío y el cambio de hora) sólo mil personas acudieron a La Misericordia, para presenciar el segundo festejo del Encuentro Mundial de Novilleros, que acogió el coso zaragozano, a las 12 del mediodía. Aquellos aficionados que prefirieron permanecer en sus domicilios no se perdieron nada, a juzgar por el balance final de la labor de los tres novilleros --Miguel ángel Perera, Luis Bolívar y Santiago Ambel Posada--, que se llevaron a la muerte de sus enemigos la callada por respuesta, salvo Bolívar que en su segundo fue ovacionado.

Ninguno de los tres espadas fue capaz de sobreponerse al tremendo frío que reinaba en La Misericordia y poner una nota de calor y calidad, ante las inofensivas embestidas de los novillos de las ganaderías de Joselito (3º,4º y 6º) y Martín Arranz (1º,2º y 5.

Miguel Angel Perera ligó en su primero las series, pero la realidad es que estas resultaron muy cortas, sin imprimir el torero a su labor la fuerza que le faltó al novillo. Mató de estocada delantera. Con su segundo la lidia transcurrió entre achuchones del astado, sin que el espada encontrara el camino de la buena lidia. Mató de pinchazo hondo y descabello.

Bolívar, que acreditó una excelente concepción del toreo con el capote, sacó, en una faena excesivamente larga, buenas series por el pitón derecho a su primero, al que mató de dos pinchazos, dando lugar a que sonara un aviso.

Con su segundo, y, al son del pasodoble Manolete sensacionalmente interpretado por la Agrupación Musical Atecana, Bolívar llegó a cuajar y ligar excelentes muletazos por el pitón derecho, citando de frente y componiendo bien la figura. Mató de media estendida y dos descabellos, recibiendo un recado presidencial.

Santiago Ambel Posada, nieto del matador de toros Juan Posada y con un escaso número de festejos en su haber, no consiguió centrarse con ninguno de sus dos enemigos, por lo que sus dos faenas transcurrieron con más pena que gloria. A su primero lo mató de media estocada y al que cerraba plaza de estocada entera.