Ayer se presentó en Madrid, avalado por el cocinero Carmelo Bosque y el editor y erudito gastrónomo José María Pisa, un nuevo aceite elaborado en el Somontano. Se trata de Alía, proyecto dirigido por el joven Miguel Fernández-Sanguino, a partir de seleccionados olivos centenarios de la zona. Con una producción seleccionada de mil kilos, en esta cosecha se ha optado por embotellar un monovarietal de verdeña, una de las olivas tradicionales del entorno de Barbastro, recogidas a mano. De forma ovoide, redondeada al carece de pezón, su color deriva al violeta oscuro, sin llegar al negro, según va madurando. De ahí el diseño de la etiqueta, obra del oscense Javier Garanto. Y viene acompañado un texto de Francisco Ferrer Lerin: "Cuentan en la comarca oscense del Somontano, que a un viejo pastor se le pudrieron los ojos. Ciego y desesperado se dispuso a morir. Quedó dormido y una pareja de sabios cuervos colocó sendas olivas en las dos cuencas vacías. Al despertar veía. Sus nuevos ojos eran el fruto de olivos centenarios, de esa variedad llamada Alía".